Los GPS no son fiables en tiempos de guerra

Si llevas un localizador GPS en el coche es posible que estos días hayas notado deficiencias en su funcionamiento. No te creas que está averiado: expertos en sistemas de navegación indican que Estados Unidos, dueño de esta tecnología, altera a voluntad la señal de los satélites para impedir que los iraquíes puedan utilizar el GPS en la guerra.

Los GPS no son fiables en tiempos de guerra
Los GPS no son fiables en tiempos de guerra

Disponer de un GPS es de lo más sencillo: hay equipos por menos de 200 euros. Cuando nació, el Sistema de Posición Global, más conocido por su sigla inglesa, GPS, era un instrumento de uso militar. Después, el ejército de Estados Unidos cedió su uso al mundo comercial y, a partir de aquel momento, la tecnología se ha ido popularizando y abaratando. Hoy en día son cientos de miles los vehículos que se mueven por el mundo unidos por el GPS: flotas de camiones, autobuses, fuerzas de orden, taxistas… Eso por no hablar de los barcos, que lo equipan como un elemento básico de su estructura.Como no podía ser de otra forma, los GPS también han sido adoptados por los ejércitos de todo el mundo (excepto ejemplos contados, como el ruso, que dispone de su propio mecanismo). Entre las fuerzas que cuentan con los localizadores está el ejército iraquí, metido en plena guerra con los Estados Unidos. Según se ha sabido, el gobierno de Estados Unidos ha dado instrucciones a los responsables de la red de satélites GPS para que alteren la señal que emiten. La idea es impedir que los iraquíes puedan utilizar con fiabilidad sus instrumentos de navegación. Pero, al mismo tiempo, millones de usuarios en todo el mundo sufren los efectos de la distorsión.

Parece que los errores en las mediciones pueden ser de entre medio y un kilómetro, demasiado error para ajustar operaciones militares y, al mismo tiempo, una distorsión tremenda para los navegadores dentro de las ciudades. Dejarse guiar por uno de estos dispositivos ya no es tan fiable: será fácil que nos equivoquemos de calle o de intersección si nos guía bajo criterios “distorsionados". No está claro en función de qué lógica se realizan los errores controlados. Podrían ser desviaciones aleatorias que los militares estadounidenses corregirían con algún tipo de clave privada que les permitiría seguir utilizando los GPS. También pueden ser que los satélites emitan la señal exacta a una determinada hora, “equivocándose" el resto del tiempo. Así, sería suficiente con saber cuál es el rango horario correcto para hacer las mediciones con precisión. Mientras el sistema GPS vive estos momento de zozobra y miles de usuarios sufren sus efectos, Europa sigue esperando el día en que se independice de Estados Unidos en materia de navegación guiada por satélite. Esta espera tiene nombre, Galileo, y dura ya mucho más de lo que se creía en un principio.

El sistema Galileo, una red global de satélites de uso civil patrocinada por la Unión Europea, lleva años luchando por ser una realidad. Fue aprobado hace exactamente un año y, desde entonces, no se han hecho avances. En teoría, Europa debería poner en marcha la red en 2008, pero la falta de progresos vuelve poco fiable esta fecha.

Galileo, que costará más de 3.000 millones de euros, servirá para que todo el mundo disponga de una red de localización al margen de los canales militares. Estará formado por una treintena de satélites y su precisión será tal que el error de cálculo se valora en un metro, mucho más afinado que el error de 20 metros que admite GPS.

Si quieres saber más sobre esta tecnología, no te pierdas el reportaje que elaboramos en su día al respecto.