El uso del transporte público desciende en Barcelona

La deficiente oferta de transporte público en la región de Barcelona es la razón principal del descenso en su utilización y del consiguiente aumento de los desplazamientos en vehículo privado. Desde 1996, el uso de metro, trenes y autobuses se ha reducido un 6 por ciento, un dato “preocupante", según los analistas.

La movilidad urbana e interurbana en Barcelona es seguida, cada cinco años, por la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), a través de una Encuesta de Movilidad Cotidiana (EMC), en la que los ciudadanos exponen sus motivos para la elección de un determinado tipo de transporte o su opinión sobre los medios de desplazamiento. En 2001, autobuses, trenes y metro han sufrido un duro revés, ya que el número de usuarios se ha rebajado en un 6 por ciento respecto a 1996, fecha del primer estudio.

Este dato es “extremadamente preocupante" para los especialistas, que, tras conocer la encuesta, han insistido en la necesidad de arbitrar nuevas medidas que mejoren la calidad del transporte y las infraestructuras en la región, que no cuenta con unos medios públicos de locomoción que garanticen unas comunicaciones fluidas con la capital. El aumento en el número de habitantes de las localidades encuestadas, el traslado de la población hacia la periferia y el inicio de la integración tarifaria (utilizar el transporte público con un mismo billete de precio único), aún poco implantado en 2001, han influido también en este resultado negativo. La encuesta se ha centrado en la población metropolitana, con edad igual o superior a los 4 años, y define 402 zonas a partir de los 200 municipios que se encuentran en el área de influencia de la ATM. En total, casi 50.000 personas tomaron parte en el estudio, que ha establecido una serie de conclusiones que se tomarán como base para planificar las infraestructuras en el futuro.Según el informe, 3,9 millones de personas realizan 49,9 millones de desplazamientos semanales (cada individuo utiliza el transporte 12,5 veces a lo largo de 7 días) en la región metropolitana de Barcelona. El 38,2 de los ciudadanos van andando –lo que representa un incremento del 4,4 por ciento respecto a 1996-, mientras que el 36,5 por ciento elige el coche y el 25,4 por ciento opta por el transporte público (frente al 31 por ciento de 1996). Entre los medios privados de locomoción el automóvil es la estrella y cuenta con un índice de ocupación de 1,4 pasajeros, muy lejos de los 3,5 de media europea.La mayoría de los desplazamientos se realizan por motivos de trabajo, estudio o compras y, si el trayecto traspasa los límites del término municipal, el coche se utiliza en el 64 por ciento de los casos. Tan sólo el 5,7 por ciento de los usuarios del transporte privado accedieron al público tras la aplicación de la integración tarifaria en 2001, una cifra inferior a la esperada.

Al parecer, este billete único no ha ayudado a aumentar el uso del transporte colectivo ya que, además de ser necesarias más inversiones, el aumento del déficit ha “penalizado" a las compañías de autobuses urbanos de las ciudades periféricas. Sin embargo, la capital sí se ha visto beneficiada con esta medida, pues metro, autobuses y Renfe han ganado 40 millones de viajeros.