El petróleo se toma un respiro

Un suspiro de alivio recorrió ayer las bolsas más importantes del petróleo mundial cuando se supo que las maltrechas reservas estadounidenses han empezado a recuperarse. Después de tocar fondo la semana pasada, las existencias de crudo norteamericanas han subido en 3,1 millones de barriles, con lo que se aleja el miedo al desabastecimiento y se relajan los precios.

El petróleo se toma un respiro
El petróleo se toma un respiro

En realidad, todo tiene una explicación técnica. Ante el aumento de las reservas, los intermediarios han calculado una momentánea bajada de precios para los próximos días, con lo que muchos de ellos decidieron vender ayer, cuando el precio todavía estaba en máximos históricos, para recoger beneficios. Como es sabido, cualquier venta hace caer el precio, con lo que las tarifas bajaron levemente y se quedaron en 36,79 dólares por barril en Nueva York y 31,56 dólares en Londres.

Este descenso alivia notablemente la situación de crisis energética que se ha vivido a lo largo de toda la semana en las principales economías occidentales. Todos saben que en los próximos días habrá un rebote al alza, pero, de momento, el respiro viene muy bien a las castigadas petroleras europeas y norteamericanas. A pie de calle también se notará: la siguiente subida del precio de los carburantes se hará esperar unos días más. Como también parece haberse aplazado un poco el ataque a Irak, el escenario en el corto plazo es más halagüeño. Los compradores confían en que se logre una solución diplomática y reciben con alegría cualquier demora en el inicio de la guerra. Cuanto más tarde en empezar, más tardarán en dispararse los precios.

Cuando estalle el conflicto, Irak dejará de exportar dos millones de barriles diarios en un mercado que, ahora, ya necesita más de lo que circula para satisfacer la demanda actual. La ausencia de ese petróleo significará, según muchos expertos, que el barril suba a más de 40 dólares, incluso 50, cifras que arruinarían las previsiones de crecimiento e inflación de los gobiernos occidentales. En Europa ya se ha organizado una estrategia combinada de defensa ante esta carestía, mientras que Estados Unidos busca alternativas para aguantar el chaparrón. En relación con esta búsqueda de soluciones, México acaba de asegurar que no ha recibido de Estados Unidos ninguna petición de incremento de los envíos de crudo en 100.000 barriles más al día. Se especulaba estos días que desde Washington se había encargado a México este aumento de las ventas, pero el gobierno mexicano se ha limitado a decir que esta demanda no es real y que ellos simplemente se han ofrecido a bombear esos 100.000 barriles extra para paliar la escasez.