Éxito con reservas de la primera jornada de peaje en Londres

Con las cifras en la mano, el experimento de Ken Livingstone, alcalde de Londres, ha resultado un éxito tras la primera jornada de pruebas: el tráfico en la capital británica, restringido mediante un peaje de más de 7 euros, se redujo ayer un 25 por ciento. Sin embargo, no todo el mérito es de la tasa: los niños no tienen clase esta semana, por lo que habrá que esperar hasta el lunes que viene para comprobar la efectividad del canon.

Éxito con reservas de la primera jornada de peaje en Londres
Éxito con reservas de la primera jornada de peaje en Londres

El panorama que presentaba Londres ayer era muy distinto al de un lunes normal: los atascos que se registraron fueron escasos y, contra todos los pronósticos, no se produjeron las escenas de caos que, según temían los expertos, iban a ser provocadas por el peaje que deben abonar los conductores para acceder al centro de la urbe.

El miedo a las situaciones vaticinadas -riadas de coches buscando aparcamiento en las zonas periféricas, adelantamiento de la hora punta para entrar en el centro antes de las 7:00 de la mañana, cuando comienza el pago obligatorio…- fue uno de los factores que contribuyó a esta reducción (del 25 por ciento) del tráfico londinense, aunque no fue la razón principal. Los colegios han cerrado durante una semana debido a las vacaciones invernales, algo que, normalmente, contribuye a que la densidad circulatoria descienda un 15 por ciento. Ken Livingstone, alcalde de Londres e impulsor del proyecto, es consciente de que aún no debe “colgarse la medalla" por haber mejorado la velocidad media en la urbe –que no suele llegar a los 16 km/h- y él mismo ha apuntado que “habrá que esperar hasta Semana Santa para ver si el sistema funciona. En cualquier caso, creo que las cosas han ido mejor de lo que se esperaba. El próximo lunes, los chicos volverán a las escuelas y tendremos más tráfico. Entonces veremos si el peaje puede aguantar", ha añadido. Lo cierto es que la primera jornada de aplicación de la tasa –5 libras, 7,45 euros- transcurrió sin incidentes: las líneas de autobuses (reforzadas con 300 vehículos desde ayer) y de metro no sufrieron agobios especiales y, a las 7 de la tarde, 80.000 personas habían abonado el canon sin problemas –sólo el pago a través de Internet registró colapsos desde primera hora-. Esta cifra superó las expectativas del propio Livingstone, quien anunció triunfante que “los infractores se van a contar por cientos, no por miles". Entre los transgresores también estarán los automovilistas extranjeros que intenten evitar el peaje: las autoridades londinenses deberán reclamar el abono a través de los países de origen de esos conductores, por lo cabe esperar cierta “manga ancha".

Riesgo electoral
A pesar del “éxito" del primer día de peaje londinense, el alcalde de la urbe sabe que, si la medida fracasa, puede traducirse en un resultado catastrófico para su candidatura en las próximas elecciones municipales, que se celebrarán el próximo año. Aun así, Livingstone está convencido del buen funcionamiento de su proyecto: tanto es así, que planea ampliar la zona de aplicación de la tasa a otros barrios de la capital, tras realizar las consultas pertinentes este verano. Esta decisión no será vista con buenos ojos por parte de sus detractores, encabezados por el candidato conservador a la alcaldía, Steven Morris, y el líder del partido, Ian Duncan Smith. El primero, que ha prometido suprimir el canon si sale elegido, estuvo presente en la protesta de los trabajadores del mercado de carne de Smithfield, situado en la zona de pago. El gravamen afecta por igual a todos los ciudadanos –uno de sus puntos débiles- y la alcaldía está subvencionando la tasa a bomberos y policías, mientras que el Gobierno pagará la de los conductores de las ambulancias. El resto de los trabajadores deberán aparcar su coche si sus empresas no aportan un “extra" para satisfacer el peaje, lo que ha originado varias protestas.

Los ciudadanos ya han comenzado a ingeniar métodos para evitar el pago, como comprar vehículos de dos ruedas (exentos del impuesto) o engañar a la agencia que emite y controla los registros de los coches, notificando un cambio de dirección inexistente, para así no hacer frente a las multas que lleguen al “nuevo domicilio"… si alguna vez aparecen en el buzón: más de un 15 por ciento de las direcciones que figuran en estos archivos está desfasado, por lo que es muy posible que las sanciones nunca aparezcan en su destino. A pesar de la polémica que ha suscitado (dos demandas para declarar ilegal la tasa se encuentran en los tribunales, pendientes de resolución), una encuesta realizada por la BBC muestra que el 60 por ciento de los ciudadanos está a favor del canon y, al parecer, hay más de 50 ciudades británicas interesadas en copiar el modelo adoptado por Londres. Así, no es extrañar que Livingstone se haya mostrado optimista y haya llegado a anunciar que “si el procedimiento de peaje funciona aquí, se extenderá al resto del mundo en menos de una década".

Un modelo que no convence en España
Aunque en urbes como Hong Kong y Tokio siguen la experiencia londinense muy de cerca (su interés está más que justificado, ya que es la primera vez que una tasa en una ciudad se impone a tal escala), el modelo no acaba de convencer en España. Cierto es que, a tres meses vista de las elecciones municipales, sería muy arriesgado pronunciarse a favor de un canon similar, pero la mayoría de los candidatos a las alcaldías de Madrid y Barcelona han expresado sus reparos. Así, el concejal de Movilidad de la capital, Sigfrido Herráez, ha afirmado que el sistema “está descartado, al menos, a corto plazo. El objetivo de Londres es reducir el tráfico un 15 por ciento y nosotros hemos superado esa cifra gracias a los parquímetros, pues, desde su instalación, acceden al centro entre 50.000 y 100.000 vehículos menos diariamente. Cuando este método se amplíe al doble, como está previsto, el descenso llegará al 30 por ciento, una cifra importante", ha añadido.

Aunque no es la primera vez que se ha pensado en un peaje para Madrid, lo cierto es que la mayoría de los dirigentes rechazan la medida por “injusta", ya que “se implantaría una desigualdad que beneficiaría a las rentas más altas, algo peligroso y desaconsejable", ha asegurado Herráez. En Barcelona son de la misma opinión, aunque hay que tener en cuenta que la capital catalana tiene la media de velocidad más alta de las principales urbes europeas, 20 km/h. El director de Circulación de la Ciudad Condal, Pere Navarro, se ha declarado a favor de regular el tráfico mediante las plazas de aparcamiento: así, se eliminan zonas de estacionamiento en la calle y la tarifa del párking se convierte en un “peaje encubierto".

Por su parte, organismos como AEA (Automovilistas Europeos Asociados) y el RACE (Real Automóvil Club de España) han calificado el canon londinense de “extremadamente injusto" e “insolidario". El Comisariado Europeo del Automóvil se ha pronunciado en el mismo sentido y ha destacado que estas tasas “castigan el uso del vehículo privado, en lugar de incentivar el transporte público".