Anfac alerta: las fábricas pueden irse

Que España ha dejado de ser un país periférico para ser una potencia económica central tiene sus ventajas: mejor nivel de vida, salarios más altos, un cierto estado de bienestar… Sin embargo, también tiene sus desventajas: las grandes industrias dejan de ser rentables por culpa del aumento de los costes salariales, de los componentes, etc. En este sentido, la automoción es el indicador más fiable. Las fábricas de coches emigran periódicamente a lugares más baratos. Anfac, la patronal de los fabricantes, alerta de que este fenómeno, conocido como deslocalización, es un riesgo real en España.

Hasta hace poco, España había sido un país barato para fabricar dentro de Europa. Salarios moderados, costes bajos, relativa facilidad para el transporte, especialmente marítimo… Sin embargo, en los últimos años la situación ha cambiado progresivamente. Las grandes marcas fabricantes ya no encuentran tan rentable montar sus coches en España, porque hay países que, manteniendo niveles de costes más bajos que los españoles, han ido igualando la calidad de sus trabajos. Es el caso, sobre todo, de los estados de lo que antes era la Europa del Telón de Acero, muchos de los cuales están, además, a punto de entrar en la Unión Europea, lo que facilitará su acceso al mercado comunitario.

Abrir una fábrica en Polonia, Eslovaquia, Hungría o la República Checa es hoy en día un negocio mucho más beneficioso que hacerlo, por ejemplo, en España o Portugal. El ejemplo del Seat Ibiza, con un 10 por ciento de su producción trasladada a Bratislava, es el más claro de los últimos meses.

Anfac, la patronal de los fabricantes españoles, alerta de que el caso Seat Ibiza no será un fenómeno aislado. Jesús Ruiz Beato, presidente de esta asociación, explica en declaraciones a la Agencia EFE que “estamos ante un riesgo de deslocalización de la industria automovilística española".
Este mensaje es claro: o las condiciones del mercado laboral mejoran o las fábricas se irán poco a poco.

Para Ruiz Beato, España está en desventaja geográfica frente a estos nuevos países, que están situados más cerca de los grandes mercados europeos y cuentan con mejores vías de comunicaciones con ellos. Si a esta facilidad se suman las ventajas fiscales que ofrecen a los fabricantes recién llegados, los salarios bajos y la ausencia de conflictividad laboral, la desventaja española es realmente acusada.
Para impedir que esta grieta se abra más, Ruiz Beato propone que se dé un impulso a la competitividad de la industria española. “Tenemos que compensar la desventaja con un territorio más competitivo", explica. Este impulso no debe aplicarse sólo en el plano de las infraestructuras, sino también en otros apartados, como la fiscalidad, la innovación (“los grandes centros de investigación no están en España") y la dimensión real del mercado, que debe ser “más adecuado a nuestra producción y nuestra población".

Ruiz Beato recuerda que el 82 por ciento de los coches fabricados en España se exporta, motivo suficiente para que no sea necesaria tanta capacidad productiva instalada en nuestro país y excusa perfecta para justificar la emigración de las fábricas a puntos más cercanos a los destinos de esas exportaciones.
De estas declaraciones parece desprenderse que la industria pide ayuda económica a la Administración para llevar adelante este salto cualitativo. Esta petición se une a otras históricas de Anfac, como el fin del impuesto de matriculación, mejoras fiscales para el automóvil y mayor flexibilidad en las plantillas.

Confianza
Pese a este pesimismo, el directivo de Anfac confía plenamente en la capacidad de las fábricas españolas. Cree que sus niveles de productividad están más que demostrados y que su competitividad todavía está entre las mejores de Europa. “España es un semillero de nuevos modelos", remacha.

El panorama actual de la industria confirma sus palabras: 12 fabricantes y 17 plantas de trabajo, “sin un solo euro invertido en el sector y con sólo un fabricante español, Santana".

Dispersión de intereses
En su entrevista con EFE, Ruiz Beato se refirió a la iniciativa que circula por el sector para crear una confederación que agrupe a todas las asociaciones de fabricantes de coches, vendedores, importadores, fabricantes de componentes, etc. Esta gran agrupación aunaría esfuerzos y daría una voz única a este importante rubro económico.
Sin embargo, para el presidente de Anfac la idea no es buena, porque “la uniformidad sería perjudicial, ya que los intereses del sector son difíciles de plasmar y la disparidad de perspectivas y de planteamientos está muy clara". En su opinión, la mejor posición es la actual, basada en la multiplicidad asociativa.

Hasta hace poco, España había sido un país barato para fabricar dentro de Europa. Salarios moderados, costes bajos, relativa facilidad para el transporte, especialmente marítimo… Sin embargo, en los últimos años la situación ha cambiado progresivamente. Las grandes marcas fabricantes ya no encuentran tan rentable montar sus coches en España, porque hay países que, manteniendo niveles de costes más bajos que los españoles, han ido igualando la calidad de sus trabajos. Es el caso, sobre todo, de los estados de lo que antes era la Europa del Telón de Acero, muchos de los cuales están, además, a punto de entrar en la Unión Europea, lo que facilitará su acceso al mercado comunitario.

Abrir una fábrica en Polonia, Eslovaquia, Hungría o la República Checa es hoy en día un negocio mucho más beneficioso que hacerlo, por ejemplo, en España o Portugal. El ejemplo del Seat Ibiza, con un 10 por ciento de su producción trasladada a Bratislava, es el más claro de los últimos meses.

Anfac, la patronal de los fabricantes españoles, alerta de que el caso Seat Ibiza no será un fenómeno aislado. Jesús Ruiz Beato, presidente de esta asociación, explica en declaraciones a la Agencia EFE que “estamos ante un riesgo de deslocalización de la industria automovilística española".
Este mensaje es claro: o las condiciones del mercado laboral mejoran o las fábricas se irán poco a poco.

Para Ruiz Beato, España está en desventaja geográfica frente a estos nuevos países, que están situados más cerca de los grandes mercados europeos y cuentan con mejores vías de comunicaciones con ellos. Si a esta facilidad se suman las ventajas fiscales que ofrecen a los fabricantes recién llegados, los salarios bajos y la ausencia de conflictividad laboral, la desventaja española es realmente acusada.
Para impedir que esta grieta se abra más, Ruiz Beato propone que se dé un impulso a la competitividad de la industria española. “Tenemos que compensar la desventaja con un territorio más competitivo", explica. Este impulso no debe aplicarse sólo en el plano de las infraestructuras, sino también en otros apartados, como la fiscalidad, la innovación (“los grandes centros de investigación no están en España") y la dimensión real del mercado, que debe ser “más adecuado a nuestra producción y nuestra población".

Ruiz Beato recuerda que el 82 por ciento de los coches fabricados en España se exporta, motivo suficiente para que no sea necesaria tanta capacidad productiva instalada en nuestro país y excusa perfecta para justificar la emigración de las fábricas a puntos más cercanos a los destinos de esas exportaciones.
De estas declaraciones parece desprenderse que la industria pide ayuda económica a la Administración para llevar adelante este salto cualitativo. Esta petición se une a otras históricas de Anfac, como el fin del impuesto de matriculación, mejoras fiscales para el automóvil y mayor flexibilidad en las plantillas.

Confianza
Pese a este pesimismo, el directivo de Anfac confía plenamente en la capacidad de las fábricas españolas. Cree que sus niveles de productividad están más que demostrados y que su competitividad todavía está entre las mejores de Europa. “España es un semillero de nuevos modelos", remacha.

El panorama actual de la industria confirma sus palabras: 12 fabricantes y 17 plantas de trabajo, “sin un solo euro invertido en el sector y con sólo un fabricante español, Santana".

Dispersión de intereses
En su entrevista con EFE, Ruiz Beato se refirió a la iniciativa que circula por el sector para crear una confederación que agrupe a todas las asociaciones de fabricantes de coches, vendedores, importadores, fabricantes de componentes, etc. Esta gran agrupación aunaría esfuerzos y daría una voz única a este importante rubro económico.
Sin embargo, para el presidente de Anfac la idea no es buena, porque “la uniformidad sería perjudicial, ya que los intereses del sector son difíciles de plasmar y la disparidad de perspectivas y de planteamientos está muy clara". En su opinión, la mejor posición es la actual, basada en la multiplicidad asociativa.