Volkswagen revisará los contratos con sus concesionarios y talleres

El grupo Volkswagen, propietario de las marcas Volkswagen, Seat, Bentley, Lamborghini, Bugatti, Audi y Skoda, ha decidido modificar cuanto antes los contratos que le unen a sus 8.500 concesionarios y talleres en toda Europa. El objetivo es acomodar sus relaciones a los marcos establecidos por el nuevo reglamento de distribución de vehículos que entrará en vigor dentro de un año, en octubre de 2003.

Volkswagen revisará los contratos con sus concesionarios y talleres
Volkswagen revisará los contratos con sus concesionarios y talleres

Como se recordará, los principales cambios introducidos por este reglamento establecen que los concesionarios pueden vender más de una marca y, además, pueden abrir tiendas fuera de su área geográfica habitual. Por si fuera poco, se rompe la relación entre venta y postventa, con lo que los concesionarios no estarán obligados a tener un taller mecánico con ellos, sino que podrán subcontratar las reparaciones a terceros cualificados.

Todas estas transformaciones, que deberán ser llevadas a la práctica antes del 1 de octubre de 2004, cuando acaba el plazo de transición concedido por la Unión Europea, implican profundos cambios legales en las relaciones contractuales entre marcas y vendedores.

Así, Volkswagen quiere empezar cuanto antes a redefinir los términos de sus contratos. Esto afecta a todas sus redes de concesionarios, incluida la de Seat.
Son más de 8.500 concesionarios y talleres, con lo que la tarea resultará ardua. Según explican en la compañía, el esfuerzo principal se dirigirá a plantear las nuevas bases de negociación y en ningún momento a prescindir de concesionarios.

De momento, Volkswagen esperará hasta octubre, cuando la Unión Europea publique su guía de orientación sobre el nuevo reglamento. Esa guía será el fundamento de los nuevos contratos.

La pujanza de Skoda
Bajo el amplio abanico de marcas que es el grupo Volkswagen, destaca últimamente una: Skoda. La compañía checa ha logrado dejar atrás definitivamente su mala imagen histórica y que no hace más que levantar alabanzas entre los observadores y especialistas.

Skoda se encuentra en un momento realmente dulce. Sus fábricas en la República Checa y Polonia tienen niveles de calidad similares a las de Audi en Alemania, produce coches que en nada envidian a sus primos de Seat o Volkswagen, tiene garantizada la estabilidad social y, para colmo, acaba de lanzar el Superb, una berlina media que no desmerece ante los intratables Passat.

El año pasado, las factorías checas de Skoda ensamblaron 460.000 unidades, más del doble de lo que producían cuando Volkswagen compró la compañía en 1991. Además, las plantas polacas de la compañía montaron 46.000 furgonetas de Volkswagen, las húngaras produjeron 55.000 Audis y las eslovacas hicieron lo mismo con 180.000 unidades de varios modelos del grupo. Tras una inversión de 4.800 millones de euros, la región ya produce el 15 por ciento de los coches de Volkswagen.
En total , 37.000 personas trabajan para Skoda en toda Europa del Este y se están consolidando nuevos centros de trabajo en Bosnia y Ucrania.

La compañía afronta ahora dos retos importantes. Uno es el control de costes. Skoda ha luchado durante estos últimos años por lograr que sus proveedores se situasen al nivel de calidad exigido por Volkswagen. Tras conseguirlo, necesita ahora que los costes de producción bajen sin que eso lesione la calidad de los productos. Los costes laborales ya son una cuarta parte más baratos que en Alemania, pero los trabajadores se quejan porque sus condiciones de vida no acaban de mejorar y quieren cobrar más.

El otro gran reto de Skoda está en la cartera de productos. Un nivel de calidad no se consigue sólo con tres modelos. La compañía necesita extender su gama y, para ello, requiere del apoyo incondicional de Volkswagen.
En Alemania esperaban que la gran demanda llegase desde Europa del Este, pero aquellos países todavía no pueden comprar tanto como se preveía. Así, Skoda tiene que buscarse la vida en los mercados occidentales y, para ello, le hacen falta más modelos y, sobre todo, de mayor calidad.

El Superb, la berlina que lanzaron hace unos meses, es parte de esta estrategia de productos de alto nivel. Sin embargo, algunos observadores creen que en Volkswagen no se ve con buenos ojos esta competencia tan dura por parte de Skoda. Los responsables de la firma checa aseguran que no les preocupa y que seguirán trabajando en la misma línea para mejorar sus resultados.