El motor eléctrico, una realidad en cinco años

Dentro de apenas cinco años el diez por ciento de los vehículos dispondrán de motores eléctricos alimentados con hidrógeno; al menos, eso señalan el profesor de Investigación del CSIC, José Luis García Fierro, y las últimas investigaciones realizadas en torno a la famosa célula de combustible. Por el momento, muy pocos modelos demuestran la viabilidad de esta opción, el Toyota Prius (en la foto) es uno de los pocos vehículos del mercado que funcionan con energías alternativas, se trata de un híbrido, y su éxito es relativo.

Un 10 por ciento de los vehículos que dentro de cinco años estén en circulación utilizarán un motor eléctrico alimentado por hidrógeno, según ha asegurado el profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), José Luis García Fierro.

Las últimas investigaciones sobre la utilización de pilas de combustible en motores eléctricos corroboran esta afirmación, realizada por el investigador del CSIC durante un curso de verano de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. La emisión de agua, en vez de dióxido de carbono, facilitará la implantación de los nuevos motores.

Sin embargo, el profesor García Fierro ha querido señalar también que la adaptación al nuevo sistema de combustible no será fácil, ya que existen serios problemas de suministro. Además, condensar y comercializar el hidrógeno es una tarea que presenta muchas dificultades.

El propio profesor explicó que "el gran defecto de este tipo de motores es que no hacen ruido y pueden sorprender al peatón". A pesar de este inconveniente, García Fierro anunció que a finales de diciembre se pondrá en funcionamiento en Madrid un autobús que circulará gracias al empleo de hidrógeno a presión. El autocar tendrá una autonomía de 300 kilómetros, lo que significa que deberá repostar por las noches y tan sólo emitirá al ambiente vapor de agua.

No obstante, hasta que no se consiga que de los tubos de escape de los nuevos motores eléctricos emane sólo agua, el metanol será el combustible más utilizado. El problema es que este carburante emite ciertas dosis de dióxido de carbono, aunque en menor proporción que los motores térmicos.

Por su parte, el director del Laboratorio Nacional de Fusión de CIEMAT, Carlos Alejaldre, ha querido también advertir, durante el curso impartido en la Universidad Menéndez Pelayo, que "la fusión nuclear es otra de las alternativas que se pueden producir en un futuro no muy lejano, en cuanto a los nuevos motores". A pesar de la fuerte repulsa social que genera este tipo de energía, Alejaldre señaló que "no responde a la realidad, ya que ni siquiera emite dióxido de carbono al ambiente, está muy regulado y cumple unas normas muy estrictas de seguridad". Para el director, el único inconveniente que presenta es la cantidad de residuos radiactivos que genera a muy largo plazo.