Contacto: Porsche Boxster y Boxster S

Tras seis años sin efectuar modificaciones en el Boxster, Porsche acaba de actualizar su roadster con ligeros retoques estéticos exteriores, notables mejoras en las mecánicas y funcionales cambios en el interior.

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Donde se encuentran las principales y más relevantes modificaciones es en el apartado mecánico. Se ha dado un repaso general a los distintos elementos que componen el vehículo, modificando los dispositivos susceptibles de mejora y reduciendo el peso de los órganos que influyen directamente en el comportamiento dinámico. Las llantas de 18 pulgadas han rebajado su peso en casi 11 kg, lo que representa una disminución de más de un 22 por ciento.Tanto el Boxster como el Boxster S han variado su arquitectura mecánica en el apartado de la distribución al adoptar el sistema Variocam, que permite variar en continuo el calado de los árboles de levas hasta 40 grados, de forma que se logra una entrega de potencia más uniforme, una importante mejora termodinámica de los motores y una reducción del consumo y las emisiones contaminantes.

En el caso del Boxster, con mecánica de 2,7 litros, la potencia aumenta hasta los 228 CV a 6.300 rpm, mientras que el par registra más de 26 mkg a 4.700 rpm. En el Boxster S, la cifra de potencia alcanza los 260 CV a 6.200 rpm y el par sube hasta superar los 31 mkg a 4.600 rpm. En ambos casos, el par que suminstra desde bajo régimen es muy elevado. En la práctica, siempre disponemos de un margen de reserva de potencia excepcional que, en el caso del S, se nota de forma especial al pisar con decisión el pedal derecho.

Si bien esos 32 CV que existen de diferencia entre las dos versiones no parecen muy significativos sobre el papel, lo cierto es que el incremento de cilindrada favorable al S y la forma de entregar la potencia, sí establecen una importante distancia entre ambas versiones. Además, hay otro factor importante diferenciador entre ambos: los frenos. Mientras en el Boxster, aunque detienen con facilidad al conjunto, muestran ciertos síntomas de fatiga ante un uso exigente y abusivo, síntomas que no aparecen en absoluto en la versión potenciada S. Durante la toma de contacto tuvimos la oportunidad de realizar el mismo recorrido con las dos versiones –equipadas con igual medida de llanta y neumático- a velocidades similares y pudimos apreciar claramente cómo en el caso del Boxster hay que pisar el pedal con más decisión tras abordar un tramo virado a buen ritmo, pero se recuperan en seguida, a poco que se refrigeren. Esas diferencias de potencia que decíamos antes se aprecian de forma especial en las aceleraciones y recuperaciones. Mientras en el Boxster los adelantamientos se realizan con bastante facilidad, en el Boxster S son espectaculares. La agilidad del modelo permite rodar a ritmos de infarto con una facilidad pasmosa y el paso por curva es muy rápido. Todo se produce según lo esperado, con suavidad y sin sobresaltos. La dirección permite inscribir el coche en las curvas con precisión de “tiralíneas" y la confianza que transmite llega a ser a veces “preocupante", porque nos invita a rodar a un ritmo muy superior al que circulan el resto de los vehículos.

El sonido que propaga el motor a través del escape también es algo incitante, porque se convierte en sinfonía a partir de las 4.000 revoluciones e indica claramente el régimen del motor, sin necesidad de mirar el cuentarrevoluciones.

Las marchas se engranan con suavidad y precisión –cinco en el Boxster y seis en el S- mediante una palanca rápida y accesible. Más cerca aún están los pulsadores -en el volante- en el caso de elegir la opción automática Tiptronic, que cede unas décimas en prestaciones, aunque ofrece una mayor comodidad de utilización.

El equipamiento que ofrece de serie es bastante completo, pero Porsche tiene a disposición de los clientes un nutrido equipo opcional que pasa por los elementos más refinados y lujosos que se quieran incluir en el atractivo y eficaz modelo. Donde se encuentran las principales y más relevantes modificaciones es en el apartado mecánico. Se ha dado un repaso general a los distintos elementos que componen el vehículo, modificando los dispositivos susceptibles de mejora y reduciendo el peso de los órganos que influyen directamente en el comportamiento dinámico. Las llantas de 18 pulgadas han rebajado su peso en casi 11 kg, lo que representa una disminución de más de un 22 por ciento.Tanto el Boxster como el Boxster S han variado su arquitectura mecánica en el apartado de la distribución al adoptar el sistema Variocam, que permite variar en continuo el calado de los árboles de levas hasta 40 grados, de forma que se logra una entrega de potencia más uniforme, una importante mejora termodinámica de los motores y una reducción del consumo y las emisiones contaminantes.

En el caso del Boxster, con mecánica de 2,7 litros, la potencia aumenta hasta los 228 CV a 6.300 rpm, mientras que el par registra más de 26 mkg a 4.700 rpm. En el Boxster S, la cifra de potencia alcanza los 260 CV a 6.200 rpm y el par sube hasta superar los 31 mkg a 4.600 rpm. En ambos casos, el par que suminstra desde bajo régimen es muy elevado. En la práctica, siempre disponemos de un margen de reserva de potencia excepcional que, en el caso del S, se nota de forma especial al pisar con decisión el pedal derecho.

Si bien esos 32 CV que existen de diferencia entre las dos versiones no parecen muy significativos sobre el papel, lo cierto es que el incremento de cilindrada favorable al S y la forma de entregar la potencia, sí establecen una importante distancia entre ambas versiones. Además, hay otro factor importante diferenciador entre ambos: los frenos. Mientras en el Boxster, aunque detienen con facilidad al conjunto, muestran ciertos síntomas de fatiga ante un uso exigente y abusivo, síntomas que no aparecen en absoluto en la versión potenciada S. Durante la toma de contacto tuvimos la oportunidad de realizar el mismo recorrido con las dos versiones –equipadas con igual medida de llanta y neumático- a velocidades similares y pudimos apreciar claramente cómo en el caso del Boxster hay que pisar el pedal con más decisión tras abordar un tramo virado a buen ritmo, pero se recuperan en seguida, a poco que se refrigeren. Esas diferencias de potencia que decíamos antes se aprecian de forma especial en las aceleraciones y recuperaciones. Mientras en el Boxster los adelantamientos se realizan con bastante facilidad, en el Boxster S son espectaculares. La agilidad del modelo permite rodar a ritmos de infarto con una facilidad pasmosa y el paso por curva es muy rápido. Todo se produce según lo esperado, con suavidad y sin sobresaltos. La dirección permite inscribir el coche en las curvas con precisión de “tiralíneas" y la confianza que transmite llega a ser a veces “preocupante", porque nos invita a rodar a un ritmo muy superior al que circulan el resto de los vehículos.

El sonido que propaga el motor a través del escape también es algo incitante, porque se convierte en sinfonía a partir de las 4.000 revoluciones e indica claramente el régimen del motor, sin necesidad de mirar el cuentarrevoluciones.

Las marchas se engranan con suavidad y precisión –cinco en el Boxster y seis en el S- mediante una palanca rápida y accesible. Más cerca aún están los pulsadores -en el volante- en el caso de elegir la opción automática Tiptronic, que cede unas décimas en prestaciones, aunque ofrece una mayor comodidad de utilización.

El equipamiento que ofrece de serie es bastante completo, pero Porsche tiene a disposición de los clientes un nutrido equipo opcional que pasa por los elementos más refinados y lujosos que se quieran incluir en el atractivo y eficaz modelo.