BMW Z8

Nueva arma del mítico agente secreto James Bond, el Z8 cuenta con todo lo necesario para triunfar entre los mejores superdeportivos. Una misión, difícil y no exenta de riesgo, que el fabuloso roadster de BMW lleva a buen puerto gracias a los 400 CV de su afinado propulsor y a un bastidor de aluminio que es un verdadero prodigio de eficacia.

BMW Z8
BMW Z8

El propulsor escogido para el Z8 es nada más y nada menos que el mismo que anima al M5, aunque para la ocasión se emplean unos escapes especiales que emiten un sonido más deportivo, sin que por ello resulte molesto. Al igual que en la potente berlina de la Serie 5, esta impresionante mecánica es capaz de rendir la friolera de 400 CV y un par que supera los 50 mkg, lo que permite pasar de 0 a 100 km/h en 4"7/10 y superar los 1.000 m de aceleración en 23"5/10. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h, aunque se supera ligeramente y además se alcanza en tiempo récord. Uno de los aspectos que más llaman la atención desde el punto de vista técnico, es que este es el primer modelo de la marca que incorpora neumáticos con tecnología RFC (Run Flat Corporation). Diseñados por Bridgestone, este tipo de neumáticos permiten rodar sin aire tras un pinchazo durante 500 km siempre que se tenga la precaución de no pasar de 80 km/h. Este modelo también incorpora un sistema que informa cuando una rueda está baja de presión o está perdiendo aire gracias a un sistema que compara la velocidad de giro de cada rueda. Con este calzado se elimina la rueda de repuesto, lo que permite disponer de un maletero con 80 litros de capacidad, espacio justo para albergar el equipaje de un fin de semana o dos equipos de golf. El temperamento netamente deportivo de este maravilloso roadster se pone de manifiesto con sólo pulsar el botón de puesta en marcha; el ronco sonido que emiten los escapes deja claro que lo que se tiene entre las manos es un aparato muy serio.Una vez en marcha, sorprende el suave y preciso manejo del cambio de seis marchas que incorpora y la fabulosa respuesta del motor a cualquier régimen. Beneficiado por un peso más contenido que el M5 —en torno a 120 kg menos—, el Z8 pone de manifiesto en una superior agilidad y en un comportamiento todavía más deportivo que la berlina de la Serie 5, si bien sus reacciones son también más vivas, entre otras cosas porque tiene una batalla 33 centímetros más corta. Las carreteras y las autopistas cercanas a la ciudad de los Angeles no son, desde luego, el escenario más adecuado para exprimir las posibilidades de este misil con ruedas —sobre todo por los estrictos límites de velocidad que rigen en los EE.UU.—, pero afortunadamente en la presentación de este modelo hubo ocasión de conducir el Z8 en un circuito improvisado en la pista de despegue de un aeropuerto. En este trazado, el Z8 llevado al límite dejaba claro que se trata de un deportivo en el sentido más amplio de la palabra. Con el DSC3 el coche es noble y fácil de conducir, a pesar de la abundante caballería disponible. La dirección es muy directa y el biplaza germano atiende siempre con total precisión y fidelidad a las insinuaciones que se realizan con el volante. Ahora bien, si se desconecta el DSC3, el biplaza germano se convierte en una máquina de derrapaje controlado. El coche admite todo tipo de malabarismos y, como el M5, sigue mostrando docilidad y buenas maneras, pero hay que tener las ideas muy claras y la mente despejada para anticiparse a lo que se avecina si se utiliza el pedal del gas con demasiado optimismo. En líneas generales, este automóvil es algo más eficaz que el M5 en estas circunstancias, pero exige una superior pericia a los mandos, ya que sus reacciones son también más rápidas y menos progresivas. La diversión a los mandos está asegurada y a buen seguro que, por cualidades dinámicas, este deportivo no tendrá problemas para seducir a la clientela habitual de Porsche o Ferrari. El Z8 llegará al mercado nacional aproximadamente a mediados del mes de abril, a un precio que rondará los veinte millones de pesetas. Con esto BMW quiere situar este roadster a un nivel muy alto en todos los sentidos, dejando claro que se trata de una pieza de colección construida de forma prácticamente artesanal y para la que BMW garantiza el suministro de piezas durante los próximos cincuenta años; sin duda, una verdadera joya.