Contacto: Mini Cooper

Por fin hemos salido de dudas. El Mini Cooper de BMW no sólo se reconoce como un Mini, también se conduce y se disfruta como tal. Incluso tiene algunos de los defectos del original.

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Otro factor que contribuye decisivamente al agrado de conducción del nuevo Mini Cooper es la dirección. La cremallera de asistencia electrohidráulica es suficientemente directa, con 2,5 vueltas de volante, y muy precisa, efecto que se acentúa con los neumáticos de perfil 55. No hay que manotear con el volante, sino todo lo contrario; es muy deportiva. Asimismo, los frenos tienen mucho aguante y son bastante potentes. Podrían serlo un pelín más, pero lo más importante es que aguantan el ritmo elevado de una especial de montaña. Los coches de serie llevarán, además del antibloqueo con reparto electrónico de la fuerza de frenada entre ejes, el sistema denominado CBC (Cornering Brake Control) con un reparto aún más aquilatado para que al frenar en curva se dé más preponderancia en la frenada a una determinada rueda para evitar desbandadas del tren trasero. Los coches probados no lo llevaban y lo cierto es que resultaban algo vivos de atrás al frenar en apoyo. Tal vez para dulcificarlos les habían puesto más presión de la preconizada. En el Cooper, el derrapaje del tren posterior es absolutamente progresivo. Sin duda un extraordinario coche escuela para quien quiera iniciarse en la conducción deportiva. De todo el conjunto lo más destacado es su comportamiento. Las suspensiones trabajan extraordinariamente, aunque sea a costa de unos tarados duros, que penalizan el confort. Es lo mismo que el antiguo Mini, ruidoso y duro para viajes largos, pero endiabladamente divertido de utilizar, con un bajo centro de gravedad y mínimo balanceo de carrocería. Con su reparto de pesos del 63 por ciento sobre el eje delantero y 37 por ciento sobre el trasero, es bastante neutro en curvas, subvirador en uso deportivo en las más lentas, pero en las medias y rápidas -al límite- llega a irse de atrás, dócilmente eso sí. Merece el premio a la bondad si se compara con otros polivalentes de talante deportivo, más difíciles de controlar. En el Cooper, el derrapaje del tren posterior es absolutamente progresivo. Sin duda un extraordinario coche escuela para quien quiera iniciarse en la conducción deportiva. Algo más vivo se vuelve con la suspensión Sport Plus. Dejando aparte la suspensión del Mini One (8 mm más alto), el Cooper puede recibir dos variantes, ambas con amortiguadores de gas bitubo Delphi. La básica es con las llantas de 15 pulgadas de diámetro, neumáticos de 175/65, estabilizadora delantera de 22,5 mm de diámetro y trasera de 16. La Sport Plus tiene muelles y amortiguadores más duros, llanta de 16 pulgadas, neumáticos 195/55, estabilizadora delantera de 24 mm de diámetro y trasera de 17. Pues bien, con la suspensión Sport Plus las reacciones son más inmediatas: resulta más ágil en curvas, pero aún más eficaz ( y duro para los ocupantes). Por cierto, las suspensiones del Cooper estarán disponibles opcionalmente en el Mini One.