Contacto: Mercedes CLK

Mercedes renueva su coupé más vendido. Y lo hace a lo grande. El nuevo CLK hereda dispositivos de seguridad, confort y estética de sus productos más recientes: el SL y el Clase E.

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Los que viajen delante se encontrarán, al sentarse, con un brazo retráctil que les ofrecerá el cinturón de seguridad y que se recoge cuando cumple su función. Postura de conducción impecable, aunque con una guantera central que puede resultar molesta a la hora de cambiar de marcha.

Las expectativas que Mercedes tiene puestas en este coche quedan claras al examinar la cantidad de motores que va a montar. En total son siete. Seis de gasolina y el 270 Diesel, que llegará a principios del año que viene. La oferta comienza con el 200 Kompressor de 163 CV, un nuevo motor de cuatro cilindros de inyección directa, también con compresor y 170 CV, y el 240 de seis cilindros con la misma potencia. En total cuatro mecánicas en torno a esta potencia. A partir de ahí se pasa ya a los 218 CV del 320, los 306 del 500 con motor V8 y, por último, la versión deportiva AMG con nada menos que 367 CV que desbanca al BMW M3 de su trono.

No todas estarán disponibles desde el lanzamiento, previsto para estos primeros días de mayo. Además de la Diesel, se retrasa la de inyección directa de gasolina hasta finales de año y al AMG sin fecha definida.

De los motores disponibles, lo mejor que se puede decir es que desde el 200 Kompressor ya se tiene una potencia suficiente como para asegurar una respuesta razonable. Es más, para los que busquen la línea del coupé sin pretensiones deportivas, pero sí de cierto desahogo en viajes, el 200 Kompressor es suficiente. A partir de ahí lógicamente mejora hasta el 500 (el AMG no estaba disponible en el contacto), que tiene unas prestaciones de primera línea. El CDI 270 es una de las máximas novedades, ya que el anterior CLK no tenía ningún Diesel en su gama. Éste se muestra, como siempre, con una respuesta contundente pero con un sonido al que le sigue faltando ese plus de refinamiento. A pesar de todo, resulta un acierto haberlo incluido, y a buen seguro que BMW toma nota para responder en su Coupé de la Serie 3.

En lo que siempre ha sido especialista Mercedes, y este caso no iba a ser diferente, es en conseguir el mágico equilibrio de sus bastidores. Cómodos desde el más blando al más firme de suspensiones y con una estabilidad y comportamiento sobresaliente, igual, desde el más blando al más duro. Los parámetros entre los que se mueve están siempre dentro de ese estrecho margen que Mercedes domina como nadie.

También, todo hay que decirlo, sigue flojeando en las cajas de cambio. Tanto en la manual, que no está a la altura del resto del coche por tacto, rapidez y dureza, y las automáticas: el verdadero manejo secuencial tarda ya más de la cuenta. En definitiva, un excelente producto. Pero la llave que abre la puerta de su gama es un cheque con 39.250 euros.

Los que viajen delante se encontrarán, al sentarse, con un brazo retráctil que les ofrecerá el cinturón de seguridad y que se recoge cuando cumple su función. Postura de conducción impecable, aunque con una guantera central que puede resultar molesta a la hora de cambiar de marcha.

Las expectativas que Mercedes tiene puestas en este coche quedan claras al examinar la cantidad de motores que va a montar. En total son siete. Seis de gasolina y el 270 Diesel, que llegará a principios del año que viene. La oferta comienza con el 200 Kompressor de 163 CV, un nuevo motor de cuatro cilindros de inyección directa, también con compresor y 170 CV, y el 240 de seis cilindros con la misma potencia. En total cuatro mecánicas en torno a esta potencia. A partir de ahí se pasa ya a los 218 CV del 320, los 306 del 500 con motor V8 y, por último, la versión deportiva AMG con nada menos que 367 CV que desbanca al BMW M3 de su trono.

No todas estarán disponibles desde el lanzamiento, previsto para estos primeros días de mayo. Además de la Diesel, se retrasa la de inyección directa de gasolina hasta finales de año y al AMG sin fecha definida.

De los motores disponibles, lo mejor que se puede decir es que desde el 200 Kompressor ya se tiene una potencia suficiente como para asegurar una respuesta razonable. Es más, para los que busquen la línea del coupé sin pretensiones deportivas, pero sí de cierto desahogo en viajes, el 200 Kompressor es suficiente. A partir de ahí lógicamente mejora hasta el 500 (el AMG no estaba disponible en el contacto), que tiene unas prestaciones de primera línea. El CDI 270 es una de las máximas novedades, ya que el anterior CLK no tenía ningún Diesel en su gama. Éste se muestra, como siempre, con una respuesta contundente pero con un sonido al que le sigue faltando ese plus de refinamiento. A pesar de todo, resulta un acierto haberlo incluido, y a buen seguro que BMW toma nota para responder en su Coupé de la Serie 3.

En lo que siempre ha sido especialista Mercedes, y este caso no iba a ser diferente, es en conseguir el mágico equilibrio de sus bastidores. Cómodos desde el más blando al más firme de suspensiones y con una estabilidad y comportamiento sobresaliente, igual, desde el más blando al más duro. Los parámetros entre los que se mueve están siempre dentro de ese estrecho margen que Mercedes domina como nadie.

También, todo hay que decirlo, sigue flojeando en las cajas de cambio. Tanto en la manual, que no está a la altura del resto del coche por tacto, rapidez y dureza, y las automáticas: el verdadero manejo secuencial tarda ya más de la cuenta. En definitiva, un excelente producto. Pero la llave que abre la puerta de su gama es un cheque con 39.250 euros.

Los que viajen delante se encontrarán, al sentarse, con un brazo retráctil que les ofrecerá el cinturón de seguridad y que se recoge cuando cumple su función. Postura de conducción impecable, aunque con una guantera central que puede resultar molesta a la hora de cambiar de marcha.

Las expectativas que Mercedes tiene puestas en este coche quedan claras al examinar la cantidad de motores que va a montar. En total son siete. Seis de gasolina y el 270 Diesel, que llegará a principios del año que viene. La oferta comienza con el 200 Kompressor de 163 CV, un nuevo motor de cuatro cilindros de inyección directa, también con compresor y 170 CV, y el 240 de seis cilindros con la misma potencia. En total cuatro mecánicas en torno a esta potencia. A partir de ahí se pasa ya a los 218 CV del 320, los 306 del 500 con motor V8 y, por último, la versión deportiva AMG con nada menos que 367 CV que desbanca al BMW M3 de su trono.

No todas estarán disponibles desde el lanzamiento, previsto para estos primeros días de mayo. Además de la Diesel, se retrasa la de inyección directa de gasolina hasta finales de año y al AMG sin fecha definida.

De los motores disponibles, lo mejor que se puede decir es que desde el 200 Kompressor ya se tiene una potencia suficiente como para asegurar una respuesta razonable. Es más, para los que busquen la línea del coupé sin pretensiones deportivas, pero sí de cierto desahogo en viajes, el 200 Kompressor es suficiente. A partir de ahí lógicamente mejora hasta el 500 (el AMG no estaba disponible en el contacto), que tiene unas prestaciones de primera línea. El CDI 270 es una de las máximas novedades, ya que el anterior CLK no tenía ningún Diesel en su gama. Éste se muestra, como siempre, con una respuesta contundente pero con un sonido al que le sigue faltando ese plus de refinamiento. A pesar de todo, resulta un acierto haberlo incluido, y a buen seguro que BMW toma nota para responder en su Coupé de la Serie 3.

En lo que siempre ha sido especialista Mercedes, y este caso no iba a ser diferente, es en conseguir el mágico equilibrio de sus bastidores. Cómodos desde el más blando al más firme de suspensiones y con una estabilidad y comportamiento sobresaliente, igual, desde el más blando al más duro. Los parámetros entre los que se mueve están siempre dentro de ese estrecho margen que Mercedes domina como nadie.

También, todo hay que decirlo, sigue flojeando en las cajas de cambio. Tanto en la manual, que no está a la altura del resto del coche por tacto, rapidez y dureza, y las automáticas: el verdadero manejo secuencial tarda ya más de la cuenta. En definitiva, un excelente producto. Pero la llave que abre la puerta de su gama es un cheque con 39.250 euros.

Los que viajen delante se encontrarán, al sentarse, con un brazo retráctil que les ofrecerá el cinturón de seguridad y que se recoge cuando cumple su función. Postura de conducción impecable, aunque con una guantera central que puede resultar molesta a la hora de cambiar de marcha.

Las expectativas que Mercedes tiene puestas en este coche quedan claras al examinar la cantidad de motores que va a montar. En total son siete. Seis de gasolina y el 270 Diesel, que llegará a principios del año que viene. La oferta comienza con el 200 Kompressor de 163 CV, un nuevo motor de cuatro cilindros de inyección directa, también con compresor y 170 CV, y el 240 de seis cilindros con la misma potencia. En total cuatro mecánicas en torno a esta potencia. A partir de ahí se pasa ya a los 218 CV del 320, los 306 del 500 con motor V8 y, por último, la versión deportiva AMG con nada menos que 367 CV que desbanca al BMW M3 de su trono.

No todas estarán disponibles desde el lanzamiento, previsto para estos primeros días de mayo. Además de la Diesel, se retrasa la de inyección directa de gasolina hasta finales de año y al AMG sin fecha definida.

De los motores disponibles, lo mejor que se puede decir es que desde el 200 Kompressor ya se tiene una potencia suficiente como para asegurar una respuesta razonable. Es más, para los que busquen la línea del coupé sin pretensiones deportivas, pero sí de cierto desahogo en viajes, el 200 Kompressor es suficiente. A partir de ahí lógicamente mejora hasta el 500 (el AMG no estaba disponible en el contacto), que tiene unas prestaciones de primera línea. El CDI 270 es una de las máximas novedades, ya que el anterior CLK no tenía ningún Diesel en su gama. Éste se muestra, como siempre, con una respuesta contundente pero con un sonido al que le sigue faltando ese plus de refinamiento. A pesar de todo, resulta un acierto haberlo incluido, y a buen seguro que BMW toma nota para responder en su Coupé de la Serie 3.

En lo que siempre ha sido especialista Mercedes, y este caso no iba a ser diferente, es en conseguir el mágico equilibrio de sus bastidores. Cómodos desde el más blando al más firme de suspensiones y con una estabilidad y comportamiento sobresaliente, igual, desde el más blando al más duro. Los parámetros entre los que se mueve están siempre dentro de ese estrecho margen que Mercedes domina como nadie.

También, todo hay que decirlo, sigue flojeando en las cajas de cambio. Tanto en la manual, que no está a la altura del resto del coche por tacto, rapidez y dureza, y las automáticas: el verdadero manejo secuencial tarda ya más de la cuenta. En definitiva, un excelente producto. Pero la llave que abre la puerta de su gama es un cheque con 39.250 euros.

Los que viajen delante se encontrarán, al sentarse, con un brazo retráctil que les ofrecerá el cinturón de seguridad y que se recoge cuando cumple su función. Postura de conducción impecable, aunque con una guantera central que puede resultar molesta a la hora de cambiar de marcha.

Las expectativas que Mercedes tiene puestas en este coche quedan claras al examinar la cantidad de motores que va a montar. En total son siete. Seis de gasolina y el 270 Diesel, que llegará a principios del año que viene. La oferta comienza con el 200 Kompressor de 163 CV, un nuevo motor de cuatro cilindros de inyección directa, también con compresor y 170 CV, y el 240 de seis cilindros con la misma potencia. En total cuatro mecánicas en torno a esta potencia. A partir de ahí se pasa ya a los 218 CV del 320, los 306 del 500 con motor V8 y, por último, la versión deportiva AMG con nada menos que 367 CV que desbanca al BMW M3 de su trono.

No todas estarán disponibles desde el lanzamiento, previsto para estos primeros días de mayo. Además de la Diesel, se retrasa la de inyección directa de gasolina hasta finales de año y al AMG sin fecha definida.

De los motores disponibles, lo mejor que se puede decir es que desde el 200 Kompressor ya se tiene una potencia suficiente como para asegurar una respuesta razonable. Es más, para los que busquen la línea del coupé sin pretensiones deportivas, pero sí de cierto desahogo en viajes, el 200 Kompressor es suficiente. A partir de ahí lógicamente mejora hasta el 500 (el AMG no estaba disponible en el contacto), que tiene unas prestaciones de primera línea. El CDI 270 es una de las máximas novedades, ya que el anterior CLK no tenía ningún Diesel en su gama. Éste se muestra, como siempre, con una respuesta contundente pero con un sonido al que le sigue faltando ese plus de refinamiento. A pesar de todo, resulta un acierto haberlo incluido, y a buen seguro que BMW toma nota para responder en su Coupé de la Serie 3.

En lo que siempre ha sido especialista Mercedes, y este caso no iba a ser diferente, es en conseguir el mágico equilibrio de sus bastidores. Cómodos desde el más blando al más firme de suspensiones y con una estabilidad y comportamiento sobresaliente, igual, desde el más blando al más duro. Los parámetros entre los que se mueve están siempre dentro de ese estrecho margen que Mercedes domina como nadie.

También, todo hay que decirlo, sigue flojeando en las cajas de cambio. Tanto en la manual, que no está a la altura del resto del coche por tacto, rapidez y dureza, y las automáticas: el verdadero manejo secuencial tarda ya más de la cuenta. En definitiva, un excelente producto. Pero la llave que abre la puerta de su gama es un cheque con 39.250 euros.

Los que viajen delante se encontrarán, al sentarse, con un brazo retráctil que les ofrecerá el cinturón de seguridad y que se recoge cuando cumple su función. Postura de conducción impecable, aunque con una guantera central que puede resultar molesta a la hora de cambiar de marcha.

Las expectativas que Mercedes tiene puestas en este coche quedan claras al examinar la cantidad de motores que va a montar. En total son siete. Seis de gasolina y el 270 Diesel, que llegará a principios del año que viene. La oferta comienza con el 200 Kompressor de 163 CV, un nuevo motor de cuatro cilindros de inyección directa, también con compresor y 170 CV, y el 240 de seis cilindros con la misma potencia. En total cuatro mecánicas en torno a esta potencia. A partir de ahí se pasa ya a los 218 CV del 320, los 306 del 500 con motor V8 y, por último, la versión deportiva AMG con nada menos que 367 CV que desbanca al BMW M3 de su trono.

No todas estarán disponibles desde el lanzamiento, previsto para estos primeros días de mayo. Además de la Diesel, se retrasa la de inyección directa de gasolina hasta finales de año y al AMG sin fecha definida.

De los motores disponibles, lo mejor que se puede decir es que desde el 200 Kompressor ya se tiene una potencia suficiente como para asegurar una respuesta razonable. Es más, para los que busquen la línea del coupé sin pretensiones deportivas, pero sí de cierto desahogo en viajes, el 200 Kompressor es suficiente. A partir de ahí lógicamente mejora hasta el 500 (el AMG no estaba disponible en el contacto), que tiene unas prestaciones de primera línea. El CDI 270 es una de las máximas novedades, ya que el anterior CLK no tenía ningún Diesel en su gama. Éste se muestra, como siempre, con una respuesta contundente pero con un sonido al que le sigue faltando ese plus de refinamiento. A pesar de todo, resulta un acierto haberlo incluido, y a buen seguro que BMW toma nota para responder en su Coupé de la Serie 3.

En lo que siempre ha sido especialista Mercedes, y este caso no iba a ser diferente, es en conseguir el mágico equilibrio de sus bastidores. Cómodos desde el más blando al más firme de suspensiones y con una estabilidad y comportamiento sobresaliente, igual, desde el más blando al más duro. Los parámetros entre los que se mueve están siempre dentro de ese estrecho margen que Mercedes domina como nadie.

También, todo hay que decirlo, sigue flojeando en las cajas de cambio. Tanto en la manual, que no está a la altura del resto del coche por tacto, rapidez y dureza, y las automáticas: el verdadero manejo secuencial tarda ya más de la cuenta. En definitiva, un excelente producto. Pero la llave que abre la puerta de su gama es un cheque con 39.250 euros.