Monster Jam: el origen

El origen de la competición Monster Jam data de hace más de veinte años. Hoy es uno de los espectáculos familiares más populares de EEUU, con millones de asistentes cada año y ha conformado su propia cultura.

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Monster Jam: el origen
Monster Jam: el origen

Esta singular competición tan puramente americana tiene sus orígenes en 1982, cuando Bob Chandler, a los mandos de un Ford F-250 ‘tuneado’ con unas enormes ruedas de 1,70 metros de altura, participó en un evento de motor en Pontiac (Michigan). Aquel pick up, bautizado como Bigfoot –en honor al mítico gigante de pies grandes que ‘supuestamente’ habita en los bosques estadounidenses-, fue el primer Monster Truck de la historia y dejó mudo al público cuando aplastó dos coches de un solo aventón, que en la jerga de Monster Jam significa empujón o embestida.

Tal fue el impacto que tuvo Bigfoot, que comenzaron a aparecer otros Monster Truck en diferentes espectáculos automovilísticos. Al principio, no luchaban entre ellos, sino que se turnaban para destrozar el ‘atrezzo sobre ruedas’ para disfrute del público. La competición Monster Jam se formalizó como un evento en sí mismo en 1984, cuando nació ‘La Batalla de los Monster Truck’: enormes pick up modificados que luchaban unos contra otros, todavía por turnos, en pos de la destrucción de coches de desguace.

Tres años después, en 1987, se celebró la primera ‘Serie de Competición Monster Jam’, con eventos programados y competiciones entre los Monster Truck, que ya comenzaban a granjearse un nombre y un reconocimiento. Hoy, veintidós años después, se ha convertido en uno de los eventos de motor más populares de Norteamérica.

Monster Jam

Los años no han pasado en vano. El avance tecnológico ha permitido convertir a estos mastodontes de cuatro ruedas en vehículos más ligeros – están confeccionados con fibra de vidrio-, más rápidos y más manejables. Asimimo, se han perfeccionado lo sistemas de seguridad, debido al peligro que entraña esta competición.

Durante los años 90, se produjo el ‘boom’ de este deporte, cuando la afluencia comenzó a ser masiva por parte de los aficionados al motor. Las empresas comenzaron a darse cuenta del filón comercial que representaba y empezaron a anunciarse en las citas Monster Jam y a relacionarse con sus productos.

Mattel, conocido fabricante mundial de muñecos, sacó su propia línea de Monster Truck: los Hot Wheels Monster Jam, con perfectas reproducciones a escala de las estrellas del show. La productora cinematográfica Warner Bross utilizó sus franquicias de Batman o Superman para decorar Monster Trucks y así promocionar sus estrenos. Incluso la japonesa Nintendo cedió su imagen de Donkey Kong, que se convirtió en una de estas famosas camionetas

Y la rueda empresarial no ha parado de girar en estas dos décadas. A los beneficios por las entradas y anunciantes, se une el merchadising del evento, como demuestra el videojuego de Monster Jam de Activision, que ha vendido cerca de un millón de copias.

La cultura Monster Truck ya forma parte de la vida de los estadounidenses: miles familias de la tierra del Tio Sam acuden cada año religiosamente a esta cita. Tal ha sido su éxito que ya ha comenzado a exportarse a otros continentes. Y así ha llegado a España.

 

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