Lo mejor, para el final

Al comenzar la temporada 2006 de Fórmula Uno, muchos apostaban por una resolución rápida del campeonato. Las primeras citas les daban la razón, pero, hacia la mitad del año, Schumacher empezó a “incordiar", recordándonos que seguía ahí. Hemos tenido que esperar hasta la última carrera de la temporada, pero, al fin, la recompensa ha llegado: Alonso, de nuevo, es campeón.

Lo mejor, para el final
Lo mejor, para el final
Un plato fuerte inauguró la temporada de Fórmula Uno: McLaren anunciaba que Fernando Alonso sería su piloto en 2007. Ante el asturiano se abrió un abanico de posibilidades: los más optimistas recogían las esperanzas de Alonso, convencido de que su paso a un equipo más importante era la evolución lógica de su carrera. Los agoreros presagiaban incidentes mecánicos similares a los que tantas veces habían dejado a Kimi Raikkonen fuera de la pista. Aun se atrevían a ir más allá: el español estaría discriminado en Renault durante todo 2006, debido a su marcha. El propio Alonso ha utilizado este argumento, más o menos oportuno, en alguna ocasión durante este año, pero lo que cuenta es el resultado final. Ya tiene un nuevo Campeonato del Mundo.Tras hacerse con el título en 2005, el piloto anunció que su objetivo para la siguiente temporada era el mismo: quería volver a ganar. Las cosas empezaron bien, a pesar de las modificaciones técnicas que, debido al nuevo reglamento, hubo que aplicar al monoplaza. Pronto se comprobó que era un vehículo fiable y, con una demostración de fuerza ante sus rivales, Renault venció en las tres primeras carreras del año. Alonso se llevó la victoria en Bahrein y en Australia, mientras que su compañero Giancarlo Fisichella fue primero en Malasia. El español subió al segundo escalón del podio, ofreciendo a Renault su primer doblete desde el Gran Premio de Francia de 1982.Michael Schumacher, inquieto, se mantenía en la sombra. Los rumores sobre su posible retirada comenzaban a difundirse, pero el alemán, hermético como siempre, no soltaba prenda. Se limitaba a esperar. En junio, con la mitad del certamen ya disputado, el dominio de Alonso era apabullante. Había vencido en seis pruebas y había sido segundo en otras tres. Su casillero tenía 84 de los 90 puntos posibles. Pero las cosas iban a cambiar.El campeonato llegó a Estados Unidos, donde los ecos del fiasco de 2005 todavía resonaban: aquella carrera sólo fue afrontada por Schumacher, Rubens Barrichello, Tiago Monteiro, Narain Karthikeyan, Cristijan Albers y Patrick Friesacher, quienes no competían con neumáticos Michelin. Un año más tarde, con el problema de los posibles pinchazos solucionado, todos los participantes en la F1 estaban en la parrilla, aunque sólo uno subió al primer escalón del podio. Fue Schumacher, que vio cómo Alonso era quinto, debido a una estrategia demasiado conservadora de Renault. El alemán, que ya había vencido en Ímola y en Nurburgring, asestó un nuevo golpe en Magny-Cours. Aunque Alonso logró el segundo puesto, Renault estaba muy dolida, pues había sido derrotada en su propia casa. Además, el certamen se complicaba, pues Schumacher estaba cada vez más cerca.Fue entonces cuando la polémica sobre las decisiones de la Federación Internacional de Automovilismo, que habían sido más o menos comentadas, estalló en toda su magnitud. Muchas voces se alzaron, asegurando que el organismo que rige los deportes del motor intentaba favorecer a Schumacher y a Ferrari a toda costa. Para empezar, la FIA, que no se había pronunciado claramente sobre el “Mass Damper" (el amortiguador de masas que Renault había instalado para mejorar la eficacia de sus monoplazas), decidió anularlo antes del Gran Premio de Alemania. Esta norma coincidió con la prohibición de realizar tests durante el verano, por lo que la escudería dirigida por Flavio Briatore no pudo comprobar sobre la pista cómo funcionaría el coche sin el ingenio mecánico. En Hockenheim, problemas de degradación en los neumáticos impidieron a Alonso terminar en el podio. Éste tuvo color rojo, gracias al doblete de Ferrari. Schumacher estaba cada vez más cerca del español.Aunque no podían probar sus soluciones, Renault verificó que había realizado un buen trabajo en la puesta a punto de sus monoplazas: en Hungría, la prueba más emocionante en muchos años, Alonso se desplazaba bajo la lluvia a velocidad de vértigo, directo hacia un nuevo triunfo… Hasta que la famosa tuerca falló y le dejó fuera de carrera. Al menos, los aficionados españoles se consolaron con el segundo puesto de Pedro Martínez de la Rosa. La actuación del catalán fue, sencillamente, magistral.Schumacher no tuvo suerte en esta carrera y tampoco en Turquía, donde sus esfuerzos por rebasar al asturiano resultaron inútiles. Felipe Massa (Ferrari) fue el vencedor, seguido por Alonso, que “cerró la puerta" al alemán y le obligó a permanecer en la tercera plaza hasta que cruzaron la línea de meta. Pero el “Kaiser" aún tenía mucho que decir…
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Ya te hemos hablado muchas veces de Fernando Alonso. En esta tabla encontrarás las claves de su rivalidad con Schumacher, el especial que le dedicamos cuando logró su primer título y la primera entrevista que concedió a Autopista.es. Han pasado más de tres años desde aquel día, pero casi nos parece un siglo. En este tiempo, ha alimentado las ilusiones de sus seguidores con sus victorias, sus actuaciones magistrales y sus múltiples logros. Se merece este homenaje.

Así es Schumacher
Alonso, Campeón del Mundo en 2005
Entrevistamos a Fernando Alonso

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