Madrid prepara nuevos radares para su área urbana

¿Disminuyen los radares la velocidad en ciudad? Por lo visto hasta ahora en Madrid, sí. Los sistemas de control colocados en la M-30 han logrado, en sólo una semana, reducir la velocidad media de la vía y el número de accidentes. Ante estos resultados, el Ayuntamiento instalará nuevos dispositivos, ahora en el interior de la ciudad: el primero, a la salida del túnel de Santa María de la Cabeza.

Esta noche se activan los radares de la M-30
Esta noche se activan los radares de la M-30

Totalmente satisfecho, el vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, presentó ayer en la capital el balance de la primera semana de funcionamiento de los radares fijos instalados en la M-30. Sus resultados no han podido ser mejores: en sólo 7 días (del 3 al 9 de febrero), los nuevos dispositivos han permitido un descenso significativo en la velocidad media de la vía y han reducido sus accidentes en un 30 por ciento, si se comparan las cifras con la misma semana del año anterior. También el número de heridos ha sido mucho más leve, con un 80 por ciento menos de lesionados de gravedad. Esta tendencia ha sido calificada desde todos los ámbitos como “muy positiva", por lo que, aunque Cobo reconoce que todavía es pronto para sacar conclusiones definitivas, el Ayuntamiento estudia ya nuevas iniciativas para reducir la siniestralidad de las carreteras madrileñas. De hecho, el concejal de Movilidad, Pedro Calvo, ha manifestado ya su intención de extender estos sistemas de control de velocidad al interior de la ciudad, sobre todo en las vías más rápidas y peligrosas.De momento, Calvo sólo tiene pensado el primer punto donde es necesaria la instalación de un radar fijo: el túnel de Santa María de la Cabeza. “Los conductores saben que a la salida de esta infraestructura no hay ningún semáforo, por lo que van a toda velocidad y es una zona muy conflictiva para el tráfico", aseguran fuentes municipales. La última incidencia grave ocurrida en esta localización se produjo el pasado 28 de enero, cuando un vehículo atropelló a un menor en el punto exacto en el que se instalará el futuro dispositivo. El edil, sin embargo, estudia colocar más radares en distintos puntos del centro de la capital, aunque antes tendrá que esperar a los informes sobre tráfico que ya prepara la Dirección Gerente de Movilidad. Algunas calles enmarcadas en torno a la M-30 están siendo analizadas, ya que –según datos policiales- sirven habitualmente como auténticas pistas de carreras.Mientras avanza esta propuesta, los únicos radares reales que funcionan en Madrid, -los de la M--30,- siguen lanzando un buen número de fotografías. Concretamente, 1.160 imágenes diarias que, evidentemente, se transforman en otras tantas multas de tráfico. En los 7 días que llevan instalados, Tráfico ya ha tramitado 8.120 sanciones, una circunstancia que ha permitido reducir la velocidad media de la vía. “Se trata de resultados muy alentadores que demuestran que estas medidas redundan en el objetivo que perseguimos: reducir los accidentes", señala Cobo. Lo cierto es que la iniciativa tampoco le va nada mal a la Administración local, pues en sólo una semana las arcas públicas se beneficiarán de 750.000 euros. Cada infractor se enfrenta, con los nuevos radares, a sanciones que –en el más leve de los casos- no bajarán de 92 euros y se incrementarán en función del número de kilómetros por hora en los que se sobrepasen los 90 máximos permitidos en la carretera.El Ayuntamiento ha anunciado, además, que la instalación de los radares fijos se acompaña también de un incremento en el número de controles de alcoholemia, “un elemento clave en la nueva campaña de seguridad vial", según Manuel Cobo. En la misma semana del 3 al 9 de febrero, la Guardia Civil realizó en Madrid un total de 957 pruebas, en las que sólo 21 conductores dieron positivo.