M-30: la polución enerva a los vecinos

La madrileña M-30 sigue, día a día, generando polémica. En esta ocasión, son los vecinos de la zona sur los que han expresado sus quejas por la nube de polvo que se ha creado por las obras de soterramiento de la vía a su paso por el río Manzanares. Al mismo tiempo, Los Verdes han propuesto que esta vía de circunvalación reduzca su número de carriles e incorpore semáforos y rotondas.

Las zonas cercanas a la plaza de San Pol de Mar, San Isidro, Vallecas y la Estación del Norte viven envueltas en una nube de polvo generada por las obras de la M-30. Los vecinos se quejan de problemas de suciedad en sus casas y sus comercios y, sobre todo, de salud. Algunos han sufrido molestias respiratorias y de garganta.La estación de medición medioambiental más cercana ha registrado hasta 300 miligramos de partículas en suspensión por metro cúbico de aire. Esto supone el doble de lo que las normativas europeas creen peligroso para la salud si la situación se mantiene prolongadamente. Desde el Ayuntamiento, se sostiene que la contaminación que generan las excavaciones es mínima y que no tiene que ver con los altos índices de partículas en suspensión registrados en los últimos días, algo de lo que se responsabiliza a la masa de polvo subsahariano que ha invadido la capital recientemente.Por otro lado, Los Verdes han propuesto acabar con la M-30 tal y como la conocemos. Quieren que esta carretera se convierta en una vía urbana de verdad, a través de la reducción de su número de carriles e implantando semáforos y rotondas, lo que, en su opinión, facilitará la comunicación entre barrios y aumentará los espacios verdes. Al mismo tiempo, sostienen que debe establecerse un peaje para acceder al centro, como ya sucede en Londres. Sostienen que la iniciativa del Ayuntamiento de restringir la entrada de vehículos contaminantes a la almendra central es insuficiente, pues no se reducirá el porcentaje que el Consistorio defiende, que asciende al 10 por ciento.