El número de empresas del sector continuará creciendo, sobre todo en el ámbito tecnológico, aprovechando las oportunidades de mercado derivadas de la nueva cultura de movilidad. No obstante, el 80 por ciento de los 200 directivos encuestados consideran que esta tendencia no logrará quitar la hegemonía a las principales compañías.
También tendrán un hueco importante, según el 67 por ciento de los directivos, las empresas dedicadas a los vehículos cien por cien eléctricos. Un papel secundario pero creciente tendrán los proveedores globales de componentes para la automoción, las compañías de desarrollo de software, hardware e internet, según la mayoría de los encuestados.
Más de la mitad de los directivos encuestados otorgan más importancia a las cuestiones que afectan a su negocio a corto plazo frente a las innovaciones estratégicas que puedan ir surgiendo. Para ellos, las tres cuestiones prioritarias en el sector son el crecimiento en países emergentes (para el 56 por ciento), la optimización del motor de combustión interna (49 por ciento) y el incremento del uso de plataformas y la estandarización de los procesos de fabricación (48 por ciento). No consideran prioritario, sin embargo, la inversión en tecnologías de conectividad, autoconducción y electromovilidad.
Según el responsable del sector de Automoción de KPMG en España, Francisco Roger, ‘es sorprendente observar que mientras la práctica totalidad de las marcas está actualmente invirtiendo recursos y esfuerzos para tratar de lanzar al mercado productos innovadores en cuanto a tecnología de conectividad y alternativas de propulsión más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, los directivos encuestados manifiestan percibir estas necesidades como no prioritarias’. Para él es clave el hecho de que ‘los criterios de coste y ahorro van ganando peso en la decisión de compra de vehículos por parte de los consumidores y el sector lo percibe’. ‘Tecnología innovadora sí, pero siempre que sea a un precio razonable’, asevera.
Los encuestados consideran que lo que moverá las decisiones de compra de los consumidores en los próximos diez años serán cuestiones relacionadas con el ahorro y la seguridad. Así, para el 67 por ciento de los encuestados cobrará especial importancia en la compra de un vehículo un bajo consumo de combustible, para el 53 por ciento será clave el aumento del ciclo de vida del vehículo y la innovación en seguridad lo será para el 52 por ciento.