Hyundai acusada de espionaje industrial a Toyota

En 2003, Hyundai fichó a un trabajador de Toyota, que fue despedido tres años más tarde de la marca coreana tras la advertencia de los abogados del fabricante de automóvil japonés de que se había llevado dossieres técnicos y un extenso informe sobre el funcionamiento del sistema de control de calidad de la compañía. Cuando todo parecía resuelto, una colaboradora del supuesto espía industrial acaba de interponer una querella contra él, en la que asegura que los documentos utilizados por éste podrían ser mucho más valiosos de lo que se presuponía.

Hyundai contrató, en 2003, a Bruce Shibuya un especialista en calidad de producto que llevaba trabajando 18 años para Toyota, con el objetivo de mejorar su división de control de calidad. Durante tres años, Shibuya realizó la misión para la que había sido encomendado, hasta que Toyota consideró que había robado diversa información confidencial de su empresa. Hyundai no tuvo más remedio que despedirlo. Era el pasado mes de agosto.Ahora, el caso vuelve a estar en el candelero al conocerse que los documentos utilizados por Shibuya podrían ser más valiosos de los que se suponía inicialmente. Así se desprende de la querella presentada por la asistente ejecutiva de Shibuya, Hanna Kim, contra éste, a quien además acusa de acoso sexual. Según la denuncia presentada ante las autoridades judiciales estadounidenses el pasado 17 de noviembre, Shibuya le ordenó en repetidas ocasiones fotocopiar documentos de procedencia de Toyota, calificados como confidenciales, y enviarlos a la sede central de Hyundai en Corea.

De ser cierta la acusación, el caso puede ser más grave que lo asegurado por Hyundai, quien pretendió solucionar el enfrentamiento con Toyota con el despido de Shibuya y alegando de que los documentos tenían relativa importancia.

Bruce Shibuya, Hyundai Motor America y el centro técnico de la compañía en los Estados Unidos son las personas físicas y jurídicas demandadas por Hanna Kim.

Hyundai apenas se ha pronunciado sobre el asunto, limitandose a declarar que la compañía había actuado, en su momento, correctamente “corrigiendo la situación". Toyota también declinó hacer comentarios.

Ahora tendrá que ser el juez quien determine si hay caso o no y, en caso de haberlo, quien establezca los cargos a los que se enfrentan los acusados. La prensa especializada ya ha visto concomitancias con el conocido enfrentamiento entre General Motors y Volkswagen, cuando la segunda contrató los servicios del español José Luis López de Arriortúa, más conocido como “Superlópez".

Arriortúa fue nombrado por General Motors vicepresidente y responsable mundial de compra, pero, al poco tiempo, Volkswagen, sorpresivamente, lo fichó. En 1993, GM demandó a “Superlópez" por piratería industrial, imputación de la que se libró tras llegar los dos consorcios a un acuerdo.