Los acusados protagonizaron una exhibición de derrapes como colofón a las fiestas de San Campio, en la localidad viguesa de Valadares, el 31 de agosto de 2010. Una vez terminada la actuación de la orquesta que amenizó la noche y retirados los puestos de los vendedores ambulantes, a eso de las seis de la mañana, comenzó el espectáculo. La cosa terminó en batalla campal cuando los allí congregados comenzaron a lanzar botellas a los policías locales que acudieron, alertados por los vecinos, a poner fin a la fiesta. Incluso se llegó a lanzar un Ford Escort por unas escaleras, como se puede ver en el vídeo.
En el juicio por estos hechos, que se ha celebrado esta semana, la Fiscalía sostuvo que los implicados circularon de forma consecutiva, de uno en uno y con sus respectivos vehículos, por una explanada que normalmente se usa como aparcamiento. En ella, en ese momento despejada, los acusados realizaron repetidos derrapes y trompos, entrañando un concreto peligro para el público allí congregado, que jaleaba sus ‘descontroladas acrobacias’. Algunos espectadores incluso se aproximaron a escasa distancia de los vehículos ‘haciendo ademán de torearlos’.
La Fiscalía ha pedido para ellos un año de cárcel y dos años y medio de privación del derecho a conducir coches y motos.
Los acusados, por su parte, se declararon inocentes. Alegaron en su mayoría que ignoraban estar participando en un espectáculo ilegal, pues era este un evento que se venía celebrando desde hacía diez años. ‘Pensé que se podía hacer, voy desde los 16 años a estos eventos y ahora tengo 30’, declaraba uno de ellos. Otros admitieron haber llevado el coche, pero negaron haberlo conducido. Uno de ellos ya había sido condenado en 2008 por un delito contra la seguridad vial.
En la exhibición participaron un un BMW 328, un BMW 316, un Citroën AX, un Citroën Xsara, un Opel Astra y un Mazda MX5, amén del Ford Escort que rodó por las escaperas.
Un policía local que participó en la redada relató que creían que la fiesta ya había terminado, pero ‘a las seis nos llamaron los vecinos porque había mucho jaleo y porque estaban lanzando botellas a otros policías. Los coches entraban de uno en uno a velocidad excesiva, hacían lo suyo y se marchaban’. Afirma que en la explanada había más de cien personas, sentadas en sillas de plástico y ‘gente haciendo el burro, todos bebidos’.
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