El gobierno impone el biocombustible

Desde el año 2010, los productores de combustible deben incluir en sus mezclas un 5,83 por ciento de biocombustible. Este límite ha provocado un enfrentamiento de posturas entre los productores de crudo y los del combustible “verde". El objetivo del Gobierno es reducir las emisiones de CO2 y entrar dentro de los límites fijados por la UE para finales de la década.

Muy próxima, la ley de biocombustibles
Muy próxima, la ley de biocombustibles

A través del Plan de Energías Renovables, el Gobierno obligará, a partir del 2010, a los fabricantes a emplear un mínimo de 5,83 por ciento de biocombustible en sus mezclas. La lucha contra el cambio climático derivado de las emisiones de CO2 es uno de lo objetivos fundamentales de los países de la UE.
El año pasado en España el consumo de biocombustibles, biodiésel y bioetanol, fue del 0,53 por ciento: llegar a las cifras impuestas por el Gobierno será difícil. Para conseguir este objetivo, la UE ha aconsejado al Ejecutivo que fije un mínimo del 4,25 por ciento para 2008, lo que cerraría el margen notablemente.

Esta ley ha desatado una guerra entre los productores de biocombustible y de los combustibles tradicionales. Las posturas enfrentadas harán difícil llegar al objetivo fijado.
Los productores del combustible ecológico han invertido una alta cuantía en sus plantas y quieren que la obligación de las mezclas se imponga lo antes posible. Por un lado, quieren amortizar las inversiones realizadas, y por otro, dar salida a la producción en el mercado nacional.
Las petroleras, por su parte, aceptan cumplir los límites fijados para el 2010, pero exigen flexibilidad: solo accederán a los límites en la mezcla de los biodiésel. Según el director general de la Asociación Española de Operaradores de Productos Petrolíferos, Álvaro Mazarrasa, el ahorro energético solo se produciría en los combustibles Diesel (mezclados con biodiésel) y no en la gasolina (mezclada con bioetanol), mucho menos consumida en el parque automovilístico español. Otra traba que señalan es el transporte: el biodiésel puede trasladarse a través de oleoductos, pero el bioetanol no acepta la mezcla con agua y corroe algunos metales, por lo que se tendría que llevar en camiones cisterna, y, por tanto, no se rebajaría la emisión de CO2 y las ventajas de usar el combustible “verde" se verían mermadas.

Si se cumple el objetivo del 5,83 por ciento, el ahorro sería doble: se evitaría la emisión de seis millones de toneladas de a la atmósfera CO2 y nuestro país ahorraría 15,8 millones de euros en la importación del crudo.