GM y Renault-Nissan rompen definitivamente

Al final la cuerda se ha roto. Ni Renault-Nissan ni General Motors han cedido en sus posturas sobre los términos en que debería acordarse la futura alianza y ésta no se llevará a cabo. El gran beneficiado podría ser el grupo Ford, dado que los analistas del sector consideran que está ansioso por llegar a un acuerdo con el grupo franco-japonés.

Ha sido el presidente de General Motors, Rick Wagoner, quien anunció la ruptura de negociaciones con su homólogo en Renault-Nissan, Carlos Goshn, unos diez días antes del plazo estipulado para llegar a alguna conclusión.A pesar de que los estudios realizados por ambas partes demostraban un buen número de ventajas, finalmente, General Motors ha rechazado la alianza “al tomar en consideración su impacto en el valor de los accionistas".

Wagoner también aseguró que, de llegar a un acuerdo en los términos planteados por Carlos Goshn, el gran beneficiado habría sido Nissan. Por ello, para paliar este efecto contrario a los intereses de GM, el consorcio estadounidense pedía una compensación de 5.000 millones de dólares, algo que Renault Nissan no estaba dispuesto a considerar.

Asimismo, el presidente de General Motors explicó que la unión tampoco habría ayudado a reducir los desorbitados costes que la compañía debe afrontar en concepto de gastos sanitarios y laborales, derivados de acuerdos pasados con los sindicatos estadounidenses. En este sentido, la compañía no se habría beneficiado de las participaciones cruzadas, propuesta hecha por Renault-Nissan. Según Renault-Nissan, la alianza supondría un ahorro para GM de 10.000 millones de dólares, aunque el fabricante estadounidense rebajaba esa cifra hasta los 1.700 millones de dólares.

El anunció de ruptura viene a corroborar las sensaciones extraídas por los analistas del sector tras la última conversación mantenida el pasado mes de septiembre en París por los altos ejecutivos de ambos grupos . En aquella reunión, se puso de manifiesto la incompatibilidad de las propuestas de las compañías. Mientras que GM entendía que era necesario compensaciones Renault Nissan apostaban por el intercambio de acciones. Y, mientras que GM prefería suscribir acuerdos de colaboración puntuales en lugar de una alianza en toda regla, Renault Nissan la consideraba imprescindible. Según Wagoner, la ruptura del diálogo fue aprobada por unanimidad de la junta directiva de la empresa en una reunión celebrada en la noche del martes y ningún miembro de la misma se abstuvo en la votación. De esta aclaración se desprende que el principal interesado en el seno de la compañía en que se efectuara la alianza y a quien se debe el inicio de los contactos, el magnate Kirk Kerkorian, había acatado la decisión. Nada más lejos de la realidad. Tras conocerse la noticia, Kerkorian emitió su opinión en un comunicado oficial de Tracinda, empresa de su propiedad y que posee un 9,9 por ciento del accionariado de General Motors: “Creemos que la participación de GM en una alianza mundial con Renault y Nissan habría permitido a GM materializar sustanciales sinergias y ahorros". Asimismo, añadió que lamentaba que la junta directiva del grupo no hubiese tenido en cuenta la propuesta de Tracinda para contratar una evaluación independiente.

Ahora, GM espera una ofensiva en toda regla de Kerkorian para hacerse con más poder en el seno de la compañía y tratar de desbancar a Wagoner, a quien considera culpable de la situación de crisis que atraviesa el consorcio. Así, para empezar a defenderse, en la misma reunión donde se rechazó la alianza, la junta directiva cambió los reglamentos internos de la compañía, con el objetivo de dificultar las acciones de Kerkorian. Éste había asegurado la semana pasada que compraría 6 nuevos millones de acciones de GM, que, en un futuro, ampliaría con otros 6 millones. La ruptura coloca ahora a Ford en el punto de mira de Renault Nissan. Tras haber estudiado una posible alianza con un macroconsorcio estadounidense del automóvil y haber concluido que ello le supondría ventajes sustanciales, Carlos Goshn parece ahora más que dispuesto a tantear al grupo Ford.

Además, el segundo productor norteamericano de automóviles parece más proclive que GM a un acuerdo de este tipo y se encuentra en una situación de crisis corporativa similar a la de su rival. La plantilla de la factoría que General Motors tiene en Figueruelas (Zaragoza) elige hoy a los 35 miembros de su comité empresa. Tras un anterior mandato sindical muy complicado, marcado por la crisis del sector y la reestructuración interna del grupo, el nuevo ciclo se prevé más estable, una vez asegurados la continuidad de la producción del Meriva, el comienzo de la fabricación del Corsa y la llegada de un tercer modelo a la cadena de montaje de la planta aragonesa.