Galileo: el Gran Hermano europeo

Bautizado como Galileo, el astrónomo que sufrió los rigores de la Inquisición por demostrar que la Tierra se movía, el nuevo sistema de localización por satélite europeo revolucionará el mundo de la automoción.

Coches que circulan con el piloto automático, padres que saben en cada momento a qué velocidad van sus hijos, automóviles que sólo se ponen en marcha con una determinada persona a bordo, aseguradoras que determinan con total precisión cómo ocurrió un accidente de tráfico, semáforos que se regulan al instante dependiendo del tráfico... Los sistemas de navegación por satélite están encaminados a revolucionar el mundo de la automoción. Sin embargo, en la actualidad, éste es un campo en manos de Estados Unidos y, más en concreto, de sus militares. El GPS (Global Position System), al que recurren la mayoría de los vehículos para realizar alguna localización geográfica por satélite, controlado guiado por el Ejército estadounidense. Lo mismo ocurría con el ya casi desmantelado Glonass ruso (Global Navigation Satelite System). Los militares de EE.UU. vigilan nuestros coches y carreteras con total precisión. Los objetivos estratégicos mandan y, en la guerra de Kosovo, no dudaron en cortar la señal de sus satélites y millones de personas quedaron sin guía. En España, según datos de Anfac (la asociación de fabricantes de vehículos), en 2001 se comercializaron 12.000 coches con navegador. El 13 por ciento de los coches fabricados en todo el mundo han salido equipados con este instrumento. El mercado, por tanto, es muy suculento para dejarlo en manos de las veleidades de los militares estadounidenses. Por este motivo, nació el proyecto Galileo (la primera red de satélites de posicionamiento de la Unión Europea). Estará listo en 2008, pero, al igual que el astrónomo que le da nombre, ha tenido que enfrentarse con una Inquisición encarnada en los gobiernos de muchos países.