Una fábrica de cristal

Ruido, grasa, operarios vestidos con monos… La imagen que se suele tener de una fábrica de automóviles en nada se parece a la visita que os proponemos hoy. Esta factoría está en Dresde (Alemania), tiene año y medio de vida, es toda de cristal y en ella se monta un solo modelo: el Volkswagen Phaeton.

Una fábrica de cristal
Una fábrica de cristal

Pero la gran escena se encuentra en el edificio de Clientes, de acceso sólo para los compradores que deciden recoger su coche personalmente. Un asesor exclusivo le atenderá en su estancia en la fábrica, actuando como representante del concesionario Volkswagen de su localidad de procedencia. Es ese “cicerone" quien guía al cliente a través de todo el proceso de producción, le explica los detalles y peculiaridades de su nuevo coche y resuelve todos sus problemas en el tiempo de estancia en Dresde. De hecho, se ha previsto que la recogida del vehículo sea un acontecimiento en la vida familiar, por lo que existen paquetes de servicios de ocio que el cliente puede adquirir para disfrutar en su estancia en la ciudad: hoteles, visitas a museos, entrada para la ópera… La entrega del Phaeton se convierte así en el broche de oro para un fin de semana especial. Ese último acto se realiza en una amplia estancia, con juego de luces y sonido opcionales, en la que una pequeña plataforma permitirá que el coche aparezca en escena como lo que es, el protagonista de un proceso de fabricación mimado, en una cuna de cristal exclusiva y destinado a un público sibarita con el poder adquisitivo necesario para marcar ciertas fronteras. Un “tachán-tachán" típico de película hollywoodiense que, la verdad, a más de un europeo le pone la piel de gallina, acostumbrados como estamos a que el acto de comprar un coche sea un momento algo más sobrio, aunque, sí, dominado por la alegría de poseer esa máquina que tanto nos gusta.

Las zonas verdes del complejo fabril se diseñaron teniendo en cuenta la armonía con el paisaje urbano y el Jardín Botánico.

Desde el exterior del edificio resulta prácticamente imposible percibir ruido alguno procedente de la fábrica. Ni los ocupantes de edificios vecinos ni los viandantes que pasean por las inmediaciones sufren contaminación acústica alguna.

La parcela que hoy ocupa la fábrica estaba muy edificada en el siglo XIX. Hasta los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, que asolaron Dresde, en esta plaza se levantaba el palacio municipal de exposiciones y la famosa “Kugelhaus" (casa esférica). El “Vision Globe" trata de rendir homenaje a esa construcción.Los tranvías que transportan las piezas hasta la fábrica tienen una velocidad máxima de 50 km/h y cada uno costó 1,79 millones de euros.

La superficie de la cinta transportadora consta de 29 elementos individuales totalmente revestidos de parquet. Este revestimiento de madera se extiende en 24.000 metros cuadrados.

La actividad de la fábrica ha generado unos 3.000 puestos de trabajo.

El ayuntamiento de Dresde recauda 20 millones de euros extras debido a la Fábrica de Cristal.

El Area de Eventos ocupa 15.000 metros cuadrados. El edificio principal es el dedicado a la fabricación, con 140 metros de longitud y 12 de altura.

Alrededor de la fábrica se plantaron 350 árboles, valorados en más de 56.000 euros. El presupuesto para las zonas verdes ascendió a 6 millones de euros.

Hasta su entrega al cliente, los vehículos fabricados se exponen en una torre de cristal de casi 40 metros.