El expresidente alemán se despedirá en medio del boicot de sus antecesores

El expresidente alemán Christian Wulff, quien dimitió en febrero entre sospechas de corrupción, se despedirá del cargo este jueves en medio del escándalo por la pensión vitalicia que percibirá y el boicot de sus cuatro antecesores en el cargo, que no asistirán al protocolario toque de retreta.

El 'Himno a la alegría', de Ludwig van Beethoven, y el 'Over the rainbow', son dos de las piezas musicales elegidas por el propio Wulff para la ceremonia militar del jueves, según el programa dado a conocer hoy por presidencia.

El hecho de que se mantenga ese acto, con el que de acuerdo al protocolo alemán se despide a presidentes, cancilleres y ministros de Defensa, ha desatado la polémica, a lo que se une que Wulff persiste en su derecho a percibir la pensión -200.000 euros al año-, más seguir disponiendo de automóvil oficial y oficina.

Sus cuatro predecesores vivos -Walter Scheel, del Partido Liberal (FDP) y Richard von Weizsächer, Roman Herzog y Horst Köhler, de la Unión Cristianodemócrata (CDU), como Wulff- no asistirán al acto, como tampoco ningún representante de la cúpula socialdemócrata, verde o de La Izquierda, las tres fuerzas de la oposición.

Será una despedida envuelta en la controversia, ya que si bien su directo antecesor Köhler también dejó el cargo prematuramente, por relacionar la misión de Afganistán con los intereses económicos de Alemania, no se consideró que lo hiciera envuelto en el deshonor.

Köhler tuvo su toque de retreta al dejar el cargo en junio de 2010, pero el caso de Wulff ha levantado una fuerte polémica por los daños que las sospechas de corrupción han ocasionado al máximo cargo institucional del país.

El cargo de presidente es meramente representativo en Alemania, pero se le atribuye un carácter de autoridad moral.

Wulff presentó la dimisión el 17 de febrero, tras dos meses de escándalo continuado por presunto amiguismo y corrupción en sus tiempos de jefe del Gobierno del estado de Baja Sajonia.

Las sospechas, que van desde tratos de favor a empresarios amigos a la aceptación de un crédito en condiciones ventajosas, no arreciaron tras anunciar su dimisión y la semana pasada la fiscalía de Hannover registró su domicilio privado, en Baja Sajonia.

La elección de su sucesor tendrá lugar el 18 de marzo, para lo que se cuenta con una cómoda victoria de Joachim Gauck, disidente en tiempos de la extinta Alemania comunista y candidato consensuado entre el Gobierno y la oposición socialdemócrata-verde.

Gauck, pastor protestante e independiente, cuenta con el respaldo de la amplia mayoría de los 1.240 votos de que constará la Asamblea Federal, órgano integrado por los 620 diputados del Bundestag (cámara baja) más el mismo número de designados de los estados.

Será la segunda vez que se presenta a la elección para el cargo, después de que en 2010 fuera derrotado por Wulff, a quien Merkel designó candidato para cubrir el vacío dejado por la dimisión de su correligionario Köhler.