Espíritu intacto

Son muchos los que acusan al Dakar de haberse convertido en una “carrera para pijos": gente que, con mucho dinero, quiere experiencias nuevas y se embarca en la prueba africana. Dejando aparte las motivaciones personales (no olvidemos que en la lista de inscritos hay pilotos profesionales, que han hecho de los raids su modo de vida), lo cierto es que llevar a cabo el Dakar no es barato. El mínimo que tiene que pagar un participante no baja de los 13.500 euros, aunque en esta cantidad ya está incluida la licencia deportiva, el seguro, la asistencia médica, las comidas en el vivac, el transporte entre Europa y África, el alquiler del GPS, del Sentinel (el sistema que avisa al vehículo precedente cuando se le alcanza) y del sistema de monitorización Iritrack… Sin embargo, el viaje de ida a Lisboa y de regreso desde Dakar o la gasolina que se emplee en los enlaces son gastos que corren por cuenta del piloto. Es caro, sí, pero hay gente que empeña lo que tiene, año tras año, para estar en una carrera que significa todo un triunfo personal. Duermen sobre las alfombras, cerca de la hoguera central que, todas las noches, se enciende en el campamento. Tienen su vehículo lo más cerca posible para evitar robos. Desayunan tras haber descansado un par de horas y se disponen a afrontar la siguiente etapa, luchando contra el sueño. Y, si abandonan antes de llegar al Lago Rosa, vuelven a hipotecar sus pertenencias para volver el año siguiente.En 2007, los máximos aspirantes a la victoria serán, una vez más, Mitsubishi y Volkswagen. La marca japonesa cuenta con cuatro experimentados pilotos para lograr su séptimo triunfo consecutivo en esta prueba: Luc Alphand (vencedor el año pasado), Stephane Peterhansel, Hiroshi Masuoka y “Nani" Roma. Tras el trágico accidente que acabó con la vida de su copiloto, Henry Magné, en Marruecos, Lucas Cruz ocupará el asiento de la derecha en el Montero Evolution MPR13 del catalán. La adaptación de Roma a su nuevo navegante ha sido buena: prueba de ello es el podio que lograron en Cáceres, última cita del Nacional de Tierra 2006.El Montero MPR13 tiene un reparto de pesos mejorado y su habitáculo es más amplio, lo que redundará en beneficio de sus ocupantes durante las largas etapas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Volkswagen también ha optimizado su Race Touareg 2. Con una dirección revisada, suspensiones más efectivas y un nuevo motor TDI, con 2,5 litros y 285 CV, la marca alemana está dispuesta a convertirse en el primer fabricante que gana el Dakar con un vehículo Diesel. En sus filas se encuentran profesionales de la talla de Ari Vatanen, Mark Miller, Gilles de Villiers y Carlos Sainz. El madrileño, con un nuevo copiloto (Michel Perin), ya ha indicado que su intención es ganar la prueba africana.Éste es el sueño que todos persiguen, aunque muchos consideran toda una victoria el hecho de llegar hasta la meta. A veces, el afán de superación es tal que lleva a buscar nuevos retos. Es el caso de Pep Busquets, el piloto parapléjico que llegó al Lago Rosa en el año 2000 y que, unido al Team Saunier Duval, quiere repetir su hazaña. No es el único piloto discapacitado que participará en esta dura prueba: el andorrano Albert Llovera forma parte del equipo Isuzu Europa y cuenta con unos compañeros de lujo: Markku Allen y Edi Orioli. Llovera ya ha probado su Rodeo, con mandos adaptados para ser conducido con las manos, y las impresiones han sido muy positivas.En la lista de inscritos del Dakar 2007 se encuentra Yvan Muller, participante en el Mundial de Turismos, quien forma parte del Team Dessoude. También podremos ver atacando las dunas dos curiosos Fiat “Pandakar", los pequeños vehículos con los que Miki Biasion y Bruno Saby tratarán de recorrer casi 9.000 kilómetros en las más duras condiciones.Como cada año, la pobreza de los países que atraviesa la caravana (en algunos de ellos, buena parte del PIB depende directamente del Dakar) conmueve a los participantes y organizadores. Son muchos los equipos que llevan cuadernos, bolígrafos, alimentos o medicinas a Malí, Mauritania y Senegal, para que sean repartidos entre sus habitantes. En 2007, el doctor Xavier Mir, que dirige la Fundación Dakar Solidario, vuelve al raid para repartir vacunas e instrumentos médicos en diversos centros africanos. El año pasado, donó más de siete toneladas de material sanitario al Hospital General de Nouakchott, la capital de Mauritania. Hace falta mucho más, pero los habitantes de estas zonas saben que, a principios de enero, pueden contar con una parte de lo que sobra en los países desarrollados. Pilotos, equipos y organización se vuelcan en estos proyectos, tan arraigados en el Dakar como la aventura, la competición y el desafío. Todo está apunto de comenzar.