En servicio tres nuevos radares de tramo en Madrid, A Coruña y Zaragoza

La Dirección General de Tráfico (DGT) va a poner en marcha a partir de mañana tres nuevos radares de tramo en los túneles de Guadarrama (Madrid), Sartego (A Coruña) y la circunvalación de Zaragoza, aunque hasta el 9 de enero no comenzarán a multar a los vehículos que excedan la velocidad máxima permitida.

Durante el primer mes de funcionamiento, los conductores que sean detectados a más velocidad únicamente recibirán una carta informativa comunicándoles que han cometido una infracción captada por un radar de tramo.

En Madrid, el nuevo radar está ubicado en el túnel III de Guadarrama, en la Autopista del Noroeste AP-6 sentido a la capital, en un tramo de 8 kilómetros y con velocidad limitada a 100 kilómetros por hora.

El nuevo radar de A Coruña está instalado en Fene, en el túnel do Sartego de la Autopista del Atlántico AP-9 en sentido Ferrol.

El tramo controlado es de 1.231 metros y la velocidad máxima es de 90 kilómetros por hora.

El último radar de tramo instalado está en la circunvalación de Zaragoza, Z-40.

Se trata de un recorrido a cielo abierto en su totalidad, de algo más de 3 kilómetros, con una velocidad limitada a 120 kilómetros por hora entre los puntos kilométricos 26,600 a 29,700.

Los radares de tramo controlan la velocidad media de los vehículos que circulan en un determinado recorrido de vía.

Según Tráfico, su objetivo principal es regular la velocidad en aquellos tramos de carretera en que la seguridad está más comprometida, como son los túneles, viaductos o circunvalaciones de ciudades, con alta densidad de vehículos.

Ya existen en funcionamiento desde diciembre de 2010 dos radares de este tipo: en el túnel II de Guadarrama sentido A Coruña y en el túnel de Torrox (Málaga), en la Autopista del Mediterráneo, A-7, en sentido Barcelona.

La forma en la que funcionan estos dispositivos es relativamente sencilla.

Cuentan con dos cámaras instaladas al comienzo y al final del tramo, capaces de registrar con gran precisión tanto la matrícula como la hora exacta de paso del vehículo.

Con una sencilla operación matemática, el radar calcula la velocidad media mantenida por el vehículo en cuestión y, si es superior a la fijada en el tramo, realiza una fotografía del infractor y la remite por fibra óptica al centro de gestión de multas de tráfico de León.

De nada sirve cambiarse de carril o frenar justo antes de la cámara instalada al final del tramo controlado, ya que el dispositivo calcula la velocidad media, y no a la que se circula en ese momento.