Las seis grandes autopistas que salen de Madrid hacia las esquinas de la Península Ibérica se han hecho viejas. Los años y el intenso tráfico han hecho mella en su asfalto y muchos tramos ya presentan graves deficiencias. Por este motivo, el Gobierno ha decidido invertir en su recuperación y conservación.
Esta idea se ha plasmado en lo que se conoce como Plan de Acondicionamiento de Autovías de Primera Generación, un programa de actuación que el Ministerio de Fomento presentó en mayo. Dentro de ese plan se prevé la reparación de 2.096 kilómetros de carreteras, lo que costará unos 3.845 millones de euros, una cantidad enorme que supera en 2.000 millones a lo que en un principio se había previsto.
Y, por fin, el plan se ha puesto en marcha. El viernes, el Consejo de Ministros autorizó a Fomento a licitar las concesiones para la adecuación, reforma y conservación de dos tramos de la autovía A-2, la que une Madrid con Barcelona. El coste de estas primeras obras asciende a 1.547 millones de euros y será pagado bajo la fórmula del “peaje en sombra", un sistema en virtud del cual las constructoras adjudicatarias de la obra cobran un canon anual en función del tráfico que soporta la vía. De esta forma, el mantenimiento se hace a largo plazo y con un formato de pago que se parece a un alquiler de servicios. Lo bueno es que el coste no repercute directamente en el usuario, sino que lo paga la Administración en cuotas.
Estos primeros tramos van desde el límite de las provincias de Soria y Guadalajara hasta Calatayud y desde Calatayud hasta Alfajarín. En total, 202 kilómetros que pertenecen al llamado Corredor Noroeste de la A-2. Las empresas que se adjudiquen los contratos deberán comprometerse a realizar el mantenimiento de estos tramos hasta el año 2026.
Las seis carreteras nacionales que parten de Madrid, las conocidas A-1, A-2, A-3, A-4, A-5 y A-6, forman parte del primer Plan Nacional de Carreteras, que se gestó durante los primeros años 80 y que se vio completado durante los años 90. Estas vías han tenido un mantenimiento bastante deficiente y, en muchos tramos, presentan graves problemas. Además, como se construyeron duplicando el trazado de antiguas nacionales, tienen zonas bastante peligrosas. Ante esta situación, es imperiosa la reparación.
¿Conoces estas carreteras? ¿Sabes dónde están sus puntos negros? Cuéntanoslo y lo publicaremos en nuestro blog de Denuncia de Puntos Negros.
Mientras repara las autovías más antiguas, el Gobierno sigue trabajando en la construcción de nuevas carreteras de alta capacidad. La última es la que ya se denomina Autovía del Duero, que sustituirá a la actual N-122, una carretera que une Valladolid con Soria y que discurre paralela al río Duero, cruzando toda la zona de la Ribera del Duero.El Ministerio de Medio Ambiente ha decidido que el trazado de la autovía debe ir por donde ahora va la N-122, dejando de lado el trazado alternativo propuesto por la Junta de Castilla y León, que proponía alejar la carretera del río por una ruta un poco más larga. Ambos trazados afectan a un número similar de viñedos.Esta decisión de Medio Ambiente no gusta a la Junta, que se apoya en la sociedad civil y empresarial de la Ribera del Duero para defender su propuesta de trazado. Aseguran los responsables de Castilla y León que los empresarios y los ciudadanos de la Ribera son favorables a su propuesta de autovía más alejada, mientras que Medio Ambiente propone un recorrido que no convence a nadie en la zona.
Ahora, queda por ver qué decide finalmente Fomento que, al fin y al cabo, es el responsable de la ejecución.
