La DGT pone a punto los radares de tramo

La Dirección General de Tráfico (DGT) estrenará los nuevos radares de tramo en los túneles de Guadarrama, entre Madrid y Segovia en la AP-6, en el túnel de Barrios de Luna, en la AP-66 a su paso por la provincia de León, y en la A-7 en Torrox (Málaga). Estos dispositivos, que estarán operativos antes de finales de año, no miden la velocidad máxima, sino el tiempo empleado para cubrir una distancia determinada, por lo que a diferencia de los radares a bordo de coches o de los fijos, aunque se frene el vehículo al pasar por la cámara, el exceso de velocidad se capta de todas formas.

La DGT no subirá los límites de velocidad
La DGT no subirá los límites de velocidad

En julio pasado el Servicio Catalán del Tránsito instaló el primer tramo de velocidad controlada en el túnel de Viella (Lérida). Ahora la DGT comienza a controlar la velocidad con el ubicado en la sierra madrileña, un importante nudo de paso de la meseta sur al noroeste. En ese tramo es habitual rebasar los 100 kilómetros por hora, dado el buen estado del firme y la longitud del túnel. Por el momento, los vehículos captados por el sistema de cámaras no se denuncian, sino que sus propietarios reciben un boletín en el que se les informa del día, hora y la velocidad media a la que circulaban.

En el de Barrio de Luna, con una longitud de 1.600 metros, los conductores que circulen entre el Principado de Asturias y León también tendrán que vigilar el velocímetro. El tercero de los tramos controlará los numerosos desplazamientos por la autovía más larga del país, la A-7, por la que, además, se desplazan miles de conductores de diversos países que buscan los puertos para dirigirse al norte de África. Tráfico insiste en que la finalidad de este sistema, como del resto de los radares, es contribuir a la seguridad vial con una ‘velocidad adecuada’. Por ello, el departamento que dirige Pere Navarro ha comenzado por implantar este sistema en los túneles, pasos muy sensibles por su peligrosidad.

Mediante su apoyo en un arco informativo, con una cámara por carril, el sistema capta la imagen del vehículo por medio de infrarrojos. Aquí queda registrado el día, hora y velocidad. Al final del tramo otra cámara vuelve a grabar la matrícula. El sistema, sincronizado a través de fibra óptica y satélites, calcula el tiempo empleado que, en caso de superar lo establecido para la velocidad máxima permitida, envía los datos al Centro de Gestión de Denuncias Automatizadas de León, donde se tramita la multa al propietario del vehículo.

La DGT ensaya desde hace años este sistema en la A-1, en un tramo dirección a Madrid cerca de La Cabrera. Con la actual tecnología que Tráfico tiene dispuesta en las carreteras, este sistema podría implantarse próximamente en los tramos más conflictivos de otras autovías españolas.