En el año 2005, tras varias expediciones al desierto marroquí, Nacho Salvador y Federico Granda, con el apoyo de Hyundai España, decidieron poner en marcha una aventura denominada “El Desierto de los Niños”, una ruta solidaria por los pueblos más necesitados del Sur de Marruecos, en la que los niños participantes eran los encargados de repartir material en las escuelas de las paupérrimas aldeas marroquíes.
Así nació esta generosa idea, que ya se ha convertido en una cita imprescindible durante las vacaciones de Semana Santa para los amantes del todoterreno, la aventura y la solidaridad, y que acaba de celebrar su undécima edición con aforo completo.
Pero esta aventura es mucho más que una caravana de vehículos, pues se ha creado una ONG denominada Asociación Desierto Niños, que aporta su granito de arena en la construcción de escuelas para niños deficientes, aulas de formación para madres sin recursos, talleres de informática, instalación de paneles solares para producir electricidad, montaje de bombas para extraer agua de los pozos… En definitiva, facilitar un poquito la vida a quienes no tienen prácticamente nada de nada.
El recorrido de esta edición, compuesta por 56 vehículos, comenzó en Tánger, tras cruzar el Estrecho de Gibraltar en Ferry desde Algeciras, para visitar Marrakech, Ouarzazate, Ouzina, Merzouga, Erfoud y completar el recorrido hasta Melilla, donde se tomaba el Ferry de vuelta a la Península Ibérica. Cerca de 3.200 intensos kilómetros por autopistas, carreteras, pistas, caminos y dunas del Erg Chebbi.
Para llegar a estas localidades, los coches han tenido que someterse a unas duras condiciones del terreno y a elevadas temperaturas. En esta edición, la caravana Hyundai estaba compuesta por 22 vehículos 4x4, entre los que se encontraban Grand Santa Fe, Santa Fe e iX35, vehículo que en 2016 será reemplazado por el nuevo Tucson, que llegará al mercado a final de año.
Entre los vehículos Hyundai, 17 de ellos fueron equipados con neumáticos Kumho, que han mostrado excelente rendimiento durante todo el recorrido por tramos en muy malas condiciones sin que se produjera ni un solo pinchazo.
La primera cita solidaria fue la pequeña localidad de Fezzou, donde se entregó cantidad de material: ropa, balones, mochilas, cuadernos, libros, lápices, juguetes, etc. También había visita obligatoria a Ouzina, población donde se inauguró el Centro Muntifunción que la Asociación Desierto Niños ha construido en esa localidad y cuya primera piedra se colocó en 2010.
Parada obligatoria también en Begga, donde se repartió otra buena parte del material traído desde España. Además, de recibir una calurosa acogida por parte de las autoridades locales, tuvimos la oportunidad de visitar las “Cuevas del Tiburón”, excavadas casi a mano en un área montañosa rica en restos de animales prehistóricos que los habitantes de la zona venden a los turistas y que son su principal medio de vida.
La siguiente parada solidaria, en Erfoud, se realizó en la escuela que la Asociación Desierto Niños tiene en esa localidad para niños deficientes y que lleva funcionando desde el año pasado. Allí se entregó el resto del material escolar, equipamiento informático, ropa, juguetes, balones… hasta acabar con toda la carga transportada en el camión de Aquarius, incluida la maleta del camionero que, por error, uno de los integrantes en el equipo de organización cedió gentilmente al pueblo. Tras detectarse el error fue imposible recuperar el equipaje, que ya había sido repartido entre la población, a excepción del neceser, único objeto encontrado. Afortunadamente quedaba alguna camiseta de reserva de la organización.
Extraordinaria la labor de las diez personas integrantes de la Fundación Alain Afflelou, que este año realizaron un total de 793 revisiones, de las cuales 399 fueron a niños. Del total de personas revisadas, 472 necesitaron gafas (137 niños y 335 adultos). Además, los miembros de la Fundación Alain Afflelou repartieron más de 500 gafas de sol para proteger la vista de los intensos rayos de sol.
Mención especial para la organización, compuesta por 21 profesionales, capaces de solventar cualquier inconveniente o dificultad, de tener todo preparado antes de que llegara la expedición a cada punto intermedio, de entretener y divertir a los niños y mayores en cada final de etapa, de gestionar los diferentes grupos de participantes, y de proporcionar un magnífico ambiente de solidaridad, generosidad y compañerismo a todos. ¡Enhorabuena a todos y a por la edición 2016!