La huelga de Delphi hace temblar a GM

General Motors acaba de anunciar beneficios para el primer trimestre del año, pero no tiene demasiado tiempo para la alegría, pues la crisis de Delphi puede salpicarle, y de qué manera. Una huelga en la empresa de componentes provocaría el desabastecimiento de sus plantas y la paralización de las líneas de producción.

Bush da la espalda a sus automovilísticas
Bush da la espalda a sus automovilísticas

Rick Wagoner, presidente de General Motors, está logrando, poco a poco, reconducir la situación de la compañía automovilística más importante del mundo. El último gran golpe de efecto ha sido lograr beneficios en el primer trimestre del año, algo que no había conseguido durante el tormentoso 2005.Este anuncio, sin embargo, tampoco es para lanzar las campanas al vuelo, pues se trata meramente de un maquillaje financiero, ya que se ha cambiado la contabilidad de los costes, tomando como base el acuerdo sobre gastos sanitarios alcanzado entre GM y el sindicato UAW, el de mayor presencia en la compañía. Gracias a esta operación, la empresa ha declarado unos beneficios de 445 millones de dólares frente a las pérdidas esperadas, que ascendían a 323 millones. Esta cantidad, aunque engañosa, es vista con optimismo por los mercados y los analistas del sector, que lo ven como el inicio de la recuperación. En los últimos meses, Wagoner no ha dejado de tomar decisiones para paliar los principales problemas de la compañía. Así, ha desarrollado un plan de reestructuración que provocará el despido de 30.000 empleados en las plantas estadounidenses, el cierre de algunos centros y la reducción de los costes sanitarios. Al mismo tiempo, y con el fin de ganar liquidez, GM ha ido desprendiéndose de su participación en Suzuki, Subaru e Isuzu y ha vendido la mayoría de sus acciones en GMAC, el brazo financiero de la compañía. Sin embargo, existe para GM un conflicto en ciernes que le puede provocar grandes dificultades. Se trata de Delphi. La empresa de componentes, que antes estaba bajo el manto de la multinacional automovilística, se encuentra en bancarrota y los trabajadores amenazan con una inminente huelga indefinida. El motivo de los paros es que la compañía ha pedido a la Justicia la cancelación de los convenios colectivos en Estados Unidos y la suspensión del contrato de 33.000 empleados. La huelga en Delphi, que es el mayor suministrador de GM, llevaría al fabricante norteamericano a cerrar sus plantas ante la falta de componentes en las líneas de producción, un lujo que, a estas alturas, no se puede permitir. Para paliar las desastrosas consecuencias, GM ha reconocido que está acumulando piezas, aunque, eso sí, sólo cubrirían paros de algunos días. Por eso, los directivos del fabricante confían en el acuerdo entre trabajadores y Dirección de Delphi.