Del optimismo del Salón del Motor a la tristeza de las calles de Detroit

Pese a que Detroit vibra estos días por el optimismo de los grandes fabricantes reunidos en su Salón del Automóvil, la capital del motor sigue atenazada por el pesimismo, la crisis y una falta de vida que se nota en el pulso de sus calles.

Coronada por las grandes torres de los cuarteles generales de General Motors (GM), Detroit es un ejemplo de la decadencia de la grandeza de la industria manufacturera estadounidense que en 2009 recibió una estocada que costó decenas de miles de empleos en esta zona.

La quiebra de GM y Chrysler ese año y los grande recortes de Ford llevaron a la zona metropolitana de Detroit a una tasa de paro cercana al 30 por ciento durante el primer trimestre de 2010 y aún ahora, a finales de 2011, el desempleo rondaba el 10 por ciento, un punto y medio por ciento sobre la media nacional.

'Las calles están aún vacías y tristes, muchos negocios siguen cerrados y no hay trabajo suficiente', indicó a Efe Sunday Omeyele, un nigeriano que emigró a esta ciudad hace 15 años atraído por la floreciente industria automotriz.

Desde el comienzo del nuevo siglo el estado de Michigan, donde se encuentra Detroit, ha visto cómo su monopolio en la fabricación de vehículos de motor y componentes se diluía a favor de las plantas de países emergentes o por la mayor competitividad de los coches japoneses.

Los escaparates vacíos en zonas céntricas, los borrosos carteles de antiguos proveedores de la 'Motor City' o la población sin techo son el testigo silencioso de una crisis económica que se ha cebó en esta ciudad que poco a poco se recupera.

Para los tres grandes fabricantes de Detroit (GM, Ford y el grupo Chrysler) el año 2011 ha sido el mejor desde 2008 y esperan que 2012 permita superar definitivamente la barrera de los 13 millones de coches vendidos, un número que sigue muy por debajo del récord de hace siete años.

El renovado optimismo del sector se nota en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica (NAIAS, en sus siglas en inglés) que se celebra hasta el día 22 en un centro de exposiciones cerca de la imponente sede de GM en Detroit, con más espacio para marcas, más novedades y unas expectativas de atraer 750.000 visitantes.

Ahora a GM, Ford y Chrysler, controlada por la italiana Fiat, le salen las cuentas, tras volver al beneficio en el tercer trimestre de 2011, al tiempo que han vuelto a contratar nuevos empleados.

El sector automotor en todo Estados Unidos espera contratar o reincorporan a la plantilla a alrededor de 25.000 empleados hasta 2015, una parte de ellos en Detroit y alrededores, como los 1.250 que Chrysler anunció recientemente que contratará o los 7.000 nuevos trabajadores que ha prometido Ford.

El principal impulso en esos números son las nuevas tecnologías híbridas y eléctricas que poco a poco se imponen en los países desarrollados.

Pero, gran parte de la expansión se orienta a otras partes del planeta, como los países emergentes, donde el crecimiento económico está dando lugar a una numerosa clase media con poder adquisitivo y nuevas necesidades.

Ayer, el consejero delegado de Ford, Allan Mullay, recordó que Ford confiará gran parte de sus resultados a la expansión en mercados como Brasil, India o China.

GM intenta imponerse a Volkswagen en el mercado chino, convertido en el número uno a nivel mundial en 2009, por lo que está orientando gran parte de sus inversiones a este país, al igual que sus competidores asiáticos, Hyundai y Toyota.

Detroit, mientras tanto, seguirá alimentando el centro del que fue el sector manufacturero más innovador del país durante décadas y el hogar del exitoso Ford T, de Henry Ford, creador del primer verdadero coche en serie de la historia.