Continental: frenando en Matrix

La máquina supera al hombre nuevamente. Lo hace en el Centro de Frenado Automático Independiente de las Condiciones Climatológicas desarrollado por Continental y bautizado como AIBA. Se trata de una pista de pruebas de interior en la que se puede manipular la temperatura y agilizar el proceso de pruebas de frenado. Cuando esté a pleno rendimiento, podrán realizarse 100.000 pruebas al año.

Continental: frenando en Matrix
Continental: frenando en Matrix

Continental ha dado un salto cualitativo en lo que a desarrollo de neumáticos se refiere gracias a un conjunto de tecnologías que se materializan en AIBA. Se trata de la primera pista de pruebas de frenado automático totalmente independiente de la climatología del mundo y nosotros viajamos a Hanóver para descubrir sus secretos. 

El nombre de AIBA responde a las siglas de Automated Indoor Braking Analyzer, lo que traduce el castellano literalmente como analizador de frenado automático de interior. Este complejo, que mide 300 metros de largo y 30 de ancho se encuentra en el Contidrom, el centro neurálgico de desarrollo de neumáticos de la marca Continental. Sus bondades principales son, por un lado la automatización completa de las pruebas de frenado, lo que se traduce en una mayor precisión respecto a un probador humano, y su independencia respecto al clima. Esto permite realizar ensayos bajo las condiciones que se deseen, lo que agiliza el análisis de frenado de los diferentes compuestos.

AIBA es una gigantesca nave que cuenta con una zona de lanzamiento y hasta cinco pistas de pruebas intercambiables mediante un sistema hidráulico. Estas pueden contar con diferentes superficies de rodadura, según las necesidades, y estar mojadas o secas. La temperatura en la ‘pista de verano’ puede adecuarse entre los 10 y los 25ºC. 

El coche se lanza haciendo uso de una tecnología similar a las de las montañas rusas y alcanza hasta velocidades de 120 km/h en un pista de apenas 100 metros. Una vez entra en la zona de prueba de frenado, un sistema robotizado pisa el freno. Gracias a una serie de sensores ubicados en la rueda y el coche, los técnicos pueden medir de forma milimétrica la eficacia de uno u otro compuesto en diferentes condiciones. Y, todo ello, sin cambiar de emplazamiento. 

‘Con esta pista tenemos el procedimiento más exacto de pruebas del todo el mundo’, expone David O’Donell, Jefe de Investigación y Desarrollo de neumáticos de Continental, ‘Hasta ahora, las pruebas de neumáticos estaban expuestas a las condiciones ambientales variables (temperatura, viento, humedad…): AIBA permite realizar pruebas todo el año bajo condiciones de ensayo climatizadas sobre coeficientes de rozamientos constantes y superficies de rodadura de libre elección. Además, la carga de los conductores de pruebas se elimina, por lo que pueden realizarse pruebas sin descanso las 24 horas al día’.

Según Continental, cuando AIBA se encuentre a pleno rendimiento, se podrán realizar unas 100.000 frenadas al año. Para cada ensayo son necesarios unos cuatro minutos, desde el montaje de los neumáticos, el recorrido hasta el inicio, la aceleración, la frenada y el abandono de la pista. De esta manera, cada hora, se podrán hacer 15 ensayos durante las 24 horas al día.

AIBA cuenta además con una zona para probar neumáticos de invierno. Se trata del pabellón de hielo donde la temperatura de la pista de pruebas se puede regular entre -1 y -10ºC y la temperatura ambiente entre 5 y 12 grados centígrados. De esta manera, se pueden probar la respuesta en frenada de neumáticos invernales en condiciones aún más extremas.

  • 100.000 frenadas al año, son las que puede realizar.
  • 300 metros (dos campos de fútbol) mide AIBA.
  • Hasta 120 km/h pueden alcanzar los coches en la pista de pruebas.
  • 100 metros de largo y 30 de ancho mide cada pista de prueba.
  • 15 frenadas por hora, 24 horas al día.
  • 4 minutos tarda cada ensayo (lanzamiento, frenada, retirada de pista)