Si entramos dentro, los cambios son ya de nota: siete ordenadores Pentium de 1,6 GHz –gigaherzios-, que procesan la información que llega de los radares, de la cámara, de las antenas y demás artilugios. Todos los dispositivos hacen posible el milagro: que Stanley camine a sus anchas. El origen de este vehículo es militar. El Congreso de los Estados Unidos pidió a la industria un todo terreno capaz de moverse en el campo de batalla sin riesgo para las vidas humanas. Volkswagen va por buen camino. De hecho, ha vencido en la Gran Challenge 2005, una competición organizada por el Departamento de Defensa estadounidense con un premio de dos millones de dólares. Los “participantes" de la prueba –coches sin conductor- tenían que sortear todo tipo de dificultades y recorrer 212 km sin perderse. Llegaron a la meta cinco coches de un total de 23. Mercedes anuncia a bombo y platillo que su Clase S es el primer coche de serie que monta un piloto automático. Sin embargo, el Distronic Plus sólo permite que el vehículo se conduzca hacia delante y recto. No existe la posibilidad de girar el volante.
El dispositivo es ideal para los atascos, siempre y cuando éstos se produzcan en una vía recta. El funcionamiento se basa en unos radares que actúan como detectores de proximidad del coche que va delante. El vehículo mantiene una distancia de seguridad y una velocidad media de crucero que hemos elegido previamente (10, 20 ó 30 km/h). El precio del dispositivo, porque se comercializa como opción, es de 3.238 euros. Si encontrar una plaza de aparcamiento ya es complicado en la gran ciudad, más lo es aún conseguir que nuestro propio coche haga esa labor por su cuenta. El C3 City Park, recientemente presentado por Citroën, localiza gracias a unos sensores un espacio libre para aparcar y nos pregunta: “¿Lo aparco?" Si nos gusta el sitio y no está prohibido (no es tan listo como para comprobar si hay señales que lo impidan), podemos decirle que sí e incluso que empiece él con la labor. El dispositivo se compone de una pantalla central en la que vemos la ubicación de nuestro coche y la del resto de vehículos. Gracias a lo que se denomina “sistema de síntesis vocal", el coche nos explica qué hacer (sólo nos pide que engranemos la marcha atrás o la primera y que aceleremos o frenemos lentamente; del volante se ocupa el City Park). Es como si lleváramos un copiloto, pero a éste lo podemos desactivar. Eso sí, con esta ayuda de aparcamiento tan útil, ¿a quién se le ocurre desconectarlo? España se encuentra, en gran parte gracias a las investigaciones de un reducido grupo de ingenieros del Instituto de Automática Industrial del CSIC (Consejos Superior de Investigaciones Científicas), en un muy buen lugar dentro de los estudios de automática. Los proyectos de adaptación de la robótica –denominados AUTOPÍA- a los Citroën Berlingo eléctricos Babieca y Rocinante y al C3 Pluriel Clavileño están dando buenos resultados. Más adelante te explicamos detenidamente en qué consisten, porque los hemos visto moverse y te aseguramos que es verdad. ¡Van solos!
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