El coche eléctrico, una novedad cargada de historia

Los coches eléctricos ya no son una rareza, nuevos modelos que aspiran a ser masivos como el Twizy, junto con ayudas de las administraciones buscan impulsar un nuevo modo de movilidad, aunque la tecnología de estos vehículos es veterana pues de hecho estos motores se fabricaron antes que los de combustión.

El primer modelo de coche eléctrico se creó en la década de 1890. En un principio fue usado como taxi en Nueva York, aunque pronto sería sustituido por el de combustión, explica a EFEVerde el subdirector de innovación de Endesa y responsable del vehículo eléctrico, Jorge Sánchez.

En la década de 1920, con Ford y su sistema de producción en cadena, el automóvil que hoy conocemos se presentó no sólo como una opción asequible -el petróleo, entonces era muy barato-, sino que además rompía las limitaciones de la batería, en cuanto a autonomía se refiere.

Algunos de esos inconvenientes del siglo pasado, como la autonomía, están aún por resolver, y de hecho todavía no se ha descubierto el sistema eléctrico que permita recorrer medias y largas distancias.

Cormath, empresa española que desde Murcia fabrica y distribuye vehículos eléctricos en todo el mundo, vende la mayoría de sus coches a empresas de mantenimiento, reparto, vigilancia y ocio, en especial, en el sector turístico. De hecho, es un producto ideal para ciudades, dado que no emite gases, ni genera ruido, argumentan.

A pesar de tales restricciones, tanto Jorge Sánchez como Pedro Arsuaga, autor del libro 'Vehículos eléctricos y redes para su recarga: impacto en la Sociedad y en la Industria', creen en la primacía de los coches eléctricos en el futuro, tal y como explican a EFEVerde.

Durante la producción de energía existe un componente contaminante, pero éste puede reducirse o eliminarse si se usan fuentes limpias, argumenta Arsuaga. Asimismo, añade que los eléctricos tienen una eficiencia energética tres veces superior que los de combustión.

En el ámbito español, el autor del libro también destaca como ventaja de estos vehículos la reducción de dependencia del crudo exterior.

No obstante, para su implantación sería necesario una gran reforma del sistema de recarga, además de un cambio en la concepción del automóvil. Éste pasaría a ser algo parecido a un teléfono móvil, que recargaríamos mientras dormimos. Su consumo energético, superior al de un móvil, es parecido al de un aparato de aire acondicionado, explica el experto de Endesa.

En cuanto al tiempo que tarda en cargarse la batería, suelen necesitar varias horas. Los vehículos de Comarth, por ejemplo, entre cuatro y cinco. La recarga acelerada es otro de los retos del futuro.

Ante todo, el gran escollo es la ya mencionada autonomía. De momento, la solución factible son los modelos híbridos, mientras la investigación avanza.

El director comercial de Comarth, Cándido Amorós, junto con Arsuaga y Sánchez, coinciden en destacar las posibilidades que muestran las baterías de ion litio, material cuyo rendimiento energético es mucho mayor que otros. De hecho, es la materia prima de las baterías de móviles.

El experto de Endesa también apunta las posibilidades de la recarga por inducción, es decir, sin cables, pues aportaría más comodidad al usuario. En Cormarth, por otro lado, ven un gran futuro a opciones como los supercondensadores, cuyo funcionamiento es similar a una pila común.