Carrozas a prueba de balas

Ya no hay carrozas; los personajes más poderosos del planeta desfilan ante sus conciudadanos en coches blindados. La historia de la política siempre ha estado muy unida a la del automóvil, pero, tras los atentados del 11 de septiembre, puede que esta relación se haga aún más estrecha.

En EE.UU., cuando un presidente jura su cargo, realiza un recorrido triunfal desde el Capitolio hasta la Casa Blanca. Este baño de multitudes suele ser aprovechado por los terroristas para cometer atentados, por lo que las fuerzas de seguridad controlan al milímetro la trayectoria y, sobre todo, el coche presidencial. En la última investidura, la de George Bush en enero de 2001, 5.000 agentes custodiaron al nuevo presidente, que ha elegido para sus desplazamientos un Cadillac DeVille 2001 (en la primera foto). Esta limousina, construida a mano, está completamente blindada y posee, entre otros elementos, un detector de objetos mediante infrarrojos. Según el director general de Cadillac, Michael J,O'Malley, "al igual que el Air Force One" este coche es "un Despacho Oval Rodante". Warren G. Harding fue el primer presidente en realizar este trayecto en automóvil, ya que antes se efectuaba en carros tirados por caballos. Para la ocasión, Harding escogió un Packard Twin Six. Eso sí, el primero en usar un coche blindado fue Franklin D. Roosevelt en 1939, un Lincoln Sunshine Special. Tras el bombardeo de Pearl Harbor, estos automóviles y los neumáticos a prueba de balas empiezan a popularizarse. En 1963, uno de estos paseillos tuvo un final trágico: John F. Kennedy era asesinado en su Lincoln X-100 descapotable cuando desfilaba con su mujer en Dallas (Texas). Curiosamente, Kennedy estaba encariñado con este modelo porque tenía un reposapiés en la parte trasera que podía ajustarse 10 pulgadas más alto de modo que la muchedumbre pudiera verle mejor, pero también le ponía más a tiro.