Carreteras catalanas, bajo el microscopio

Conductores aislados rescatados por el Ejército, carreteras cinco veces más peligrosas que otras europeas, usuarios “acosados" por peajes... Expertos, políticos y agrupaciones sociales nos invitan a un viaje por Cataluña.

Jordi Carrillo, gerente del Consorci Xarxa Viària, tiene claro que, en Cataluña, "se ha invertido poco en vías gratuitas para no hacer competencia a las concesionarias". Según nos comenta, en España dichas empresas recaudan un total de 200.000 millones de pesetas al año, la mitad de esta cantidad se paga en el territorio catalán. Carrillo da más datos en el libro "Les autopistes de peatge a Catalunya" (publicado en el año 2000): de cada 10 pesetas (en ese año, todavía no funcionaba el euro) que el usuario paga a la compañía ACESA por el uso de una de sus autopistas, sólo 70 céntimos se destinan a cubrir los costes de mantenimiento de dicha vía.

Así, cuando en 1998 se aprobó la prórroga de las concesiones a ACESA, la sociedad catalana decidió no quedarse con los brazos cruzados. Un total de 150 ayuntamientos, consejos comarcales, asociaciones empresariales, sindicatos, cámaras de comercio y diputaciones firmaron la denominada "Declaraciò de Gelida", denominada así porque se firmó en el municipio catalán de Gelida. Desde entonces, este colectivo se ha dejado notar. Ese mismo año, convocaron una "claxonada", donde se invitaba a los conductores a hacer sonar sus bocinas cuando pasaran por un peaje. La experiencia tuvo un notable respaldo y se ha repetido el pasado mes de julio, cuando el Gobierno aprobó un aumento de los peajes. En esa ocasión, la protesta estuvo acompañada por una lluvia de misivas a Isidre Fainé, director general de la Caixa, principal accionista de ACESA. Pero, donde más han mostrado su fuerza, es en el Parlament catalán. Su objetivo no es crear polémica, sino "buscar soluciones asumibles por todas partes". "No es lógico - apunta Carrillo - que en España convivan dos tipos de vías rápidas, unas gratuitas y otras de pago, mientras que, por ejemplo, en Alemania, todas las autopistas se financian a cargo de los presupuestos del Estado".

A la hora de pagar peajes, la cosa tampoco está muy clara. En la carretera que va a Mataró, se paga a 8 pesetas el kilómetro, mientras que, en la que va a Granollers, esta cantidad asciende a 10 pesetas. Además, no hay una unidad de criterio al catalogar qué es una autopista o una autovía. "No es lo mismo la N-152, que posee unos peligrosos accesos a la brava, que la A-6", subraya.

Según Carrillo, se llegan a definir como vías rápidas carreteras que son "auténticas porquerías", un error de denominación que explica los resultados obtenidos en el EuroRAP. Así, nos anuncia que estudian elaborar un informe para ver qué hay en realidad en cada tramo de las carreteras españolas, en donde se tendrán en cuenta más categorías.

Todo depende del cristal con el que se mire y, también, de la provincia en la que pongamos la lupa. A la espera de nuevos informes, desde Autopista Online, seguiremos poniendo a las distintas regiones bajo nuestro particular microscopio.