El camión más grande del mundo

Autopista conduce en exclusiva mundial el camión más grande del mundo. Nuestro Caterpillar 797 es un monstruo de más de 600 toneladas que se pilota desde un segundo piso.

El camión más grande del mundo
El camión más grande del mundo

3.550 CV del Caterpillar 797 colocan a este vehículo como el vehículo más potente que haya pasado jamás por las manos de Autopista. Lo hemos podido probar en el Centro de Experiencias de Michelin en Almería (CEMA) , donde se han desarrollado los neumáticos de este modelo, cada uno de cinco toneladas y media de peso.

Este 797 es el vehículo más grande del mundo’ nos cuentan los responsables de Michelin en Almería antes de ponernos al volante. El excepcional potencial de 3.500 CV es fruto de combinar dos motores V12 con un cuádruple turbo y un cubicaje de 117 litros. Casi 15 metros de largo por siete de alto.

Es hora de la parte práctica. Subimos la casi veintena de escalones que separan la cabina de conducción del suelo. Estamos a seis metros y medio de altura. Cabina biplaza que no se diferencia en mucho de un camión convencional. Posición habitual en un vehículo no turismo, aunque con el volante no tan horizontal –con regulación en inclinación y telescópico- y espalda erguida. Asientos neumáticos para que la fatiga a los mandos se retrase en lo posible.

Una minúscula llave y la bestia se despereza. Ruido infernal como si estuviésemos arropados por una turbina de un avión a reacción –pese a estar en una cabina insonorizada montada de forma elástica en el bastidor principal para aislar de ruido y vibraciones-. Todo a mano. Cómo no, obligatorio sujetavasos. Aire acondicionado, cámaras para asegurar las maniobras marcha atrás, ordenador de a bordo… completan un equipamiento de serie más que digno.

Estudiamos el cambio: servotransmisión planetaria de siete velocidades hacia delante y una hacia detrás firmada por Caterpillar para aprovechar toda la fuerza que suministra el motor 3524. Quitamos el freno de mano, palanca en posición 1 y nos movemos despacio. Ganamos velocidad muy poco a poco. Tu ángulo de visión arranca lejos, muy lejos, a partir de una centena larga de metros.

Miro el velocímetro tarado hasta 125 km/h. Estamos a plena carga y difícilmente podremos pasar de 60 km/h. En una larga recta somos capaces de colocar la palanca de cambios en posición seis. Tenemos la sensación de salirnos por los dos lados. Dos espejos kilométricos –del tamaño de ésos que tenemos en casa para vernos de cuerpo entero- nos permiten controlar el conjunto por detrás; no debemos olvidar que las ruedas traseras sobresalen un metro de las delanteras por cada lado.

Es hora de encadenar media docena de curvas preparadas ex profeso en el Centro de Pruebas de Michelin en el almeriense Cabo de Gata. Dudamos, queremos anticipar la frenada porque no sabemos lo que va a tardar el gigante en acoplarse a nuestras necesidades. Y aunque tarda en hacerlo, frena y mucho. El 797 apenas se inclina, se encadenan las curvas con absoluta facilidad y sin reventar los conos que delimitan la pista. Luego en las fotos, observo la deformación bestial que alcanza el neumático Michelin en estazona aparentemente neutra. Rizamos las curvas tomando una rotonda rapidito: si antes anticipábamos, ahora más. Parece que el Caterpillar gira sobre su propio eje. Otra prueba de fuego: pista sembrada de piedras como melones. Sin problema. Nuestra velocidad de crucero ni se resiente. Cuesta arriba. Pendiente del 14 por ciento. El volquete sufre. No supera los 10 kilómetros por hora. Miramos el ordenador de a bordo y se nos pone la piel de gallina: consumo medio en ese momento de 600 litros por hora. Hay que sacarlo poco a poco. Hemos terminado. Nuestra más de hora y media de pruebas se salda con 350 litros de combustible consumidos, con una buena dosis de adrenalina quemada.

Más de cuatro metros de diámetro, un neumático Michelin de 5.600 kilos

Esta prueba que les presentamos es posible en gran medida gracias a Michelin. No es peloteo, nos explicamos: un engendro de semejante tamaño no se puede mover sin unos zapatos adecuados y esto fue lo que hizo que Caterpillar tuviese que andar de la mano de Michelin en la fase de desarrollo de su 797. Y aquí es donde aparece el español Centro de Experiencias de Michelin en Almería, con un conjunto de 40 pistas de pruebas en pleno Cabo de Gata, donde los técnicos de la marca francesa realizan más de 15 millones de kilómetros al año. Este volquete -volvemos a nuestro 797- pedía un neumático de más de cuatro metros de diámetro, 5.600 kilos de peso por unidad, llanta de 63 pulgadas, 1,5 metros de anchura. El reto era exigente y Michelin lo afrontó y con nota. Cada neumático de este monstruo tiene un proceso de fabricación de 16 horas, a las que hay que añadir otras 20 horas de cocción a fuego lento para que la receta alquimista cuaje. Resultado final, un neumático capaz de aguantar un peso de 120 toneladas per capita.

Más curiosidades sobre este meganeumático: llanta con 56 tornillos con triple válvula de inflado –se tarda 20 minutos en hinchar uno de estos neumáticos a su presión de trabajo, 7 kilos-, ocho horas se tarda en cambiar una rueda y el conjunto de los seis neumáticos, dos días...