Barcelona estrena el modelo de velocidad variable

Barcelona ha estrenado con polémica el sistema de velocidad variable, con el objetivo de reducir la contaminación y el número de accidentes. La velocidad variará en las carreteras en función de la intensidad del tráfico y las condiciones meteorológicas. Mediante paneles luminosos, los conductores serán informados del límite de velocidad máxima que no deben rebasar.

Barcelona estrena el modelo de velocidad variable
Barcelona estrena el modelo de velocidad variable

Los tramos de accesos a Barcelona por la autovía de Castelldefels (C-31) y la autopista de Garraf (C-32) son los lugares elegidos para el estreno del sistema de velocidad variable. Este modelo, según los máximos responsables de la Generalitat, pretende adecuar los límites máximos de velocidad según diversas circunstancias tales como la congestión del tráfico y las condiciones meteorológicas. La velocidad podrá ir variando de 10 en 10 km/h. Los conductores podrán saber el límite oficial de un tramo concreto mediante la información mostrada en unos pórticos instalados en cada kilómetro. Por el momento, esta iniciativa comienza mañana jueves en período de pruebas y se aplicará en 19,4 kilómetros de la C-31 (tramo entre Castelldefels y la Plaza Cerdà de la Ciudad Condal) y en 14,3 kiómetros de la C-32 (entre Castelldefels y el nudo de Llobregat).

Después del verano, este sistema se extenderá a la AP-2 y la B-23. Ya en 2010, el modelo de velocidad variable también se aplicará en algunos de los accesos de la zona norte de la ciudad de Barcelona.

Las principales razones por las que se llevará a la práctica el modelo de velocidad variable son, según la Generalitat, mejorar los niveles de contaminación y reducir el número de accidentes. Los límites de velocidad máxima seguirán siendo los mismos -80 km/h en la primera corona y 100 o 120 km/h en la segunda-. Estos límites podrán ir bajando de diez en diez en función del tráfico y condiciones climatológicas hasta poder llegar a los 40 km/h.

En la primera corona metropolitana de Barcelona se incluyen la propia ciudad y los siguientes municipios: Badalona, L'Hospitalet de Llobregat, Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramenet, Castelldefels, Cornellà de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Gavà, Molins de Rei, El Prat de Llobregat, Sant Felilu de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Vicenç dels Horts y Viladecans.

Este modelo de velocidad variable se empieza a aplicar en un momento en el que prosigue la polémica sobre el límite de 80 km/h. El propio presidente de CiU, Artur Mas, ha indicado que derogaría el modelo de velocidad variable si gobernara, al igual que el límite de 80 km/h. Por su parte, el RACC y el propio conseller de Política Territorial, Joaquim Nadal, han pedido flexibilidad en el límite de velocidad máximo, sobre todo por las noches, momento en el que la intensidad de tráfico es muchísimo menor.

A estos detractores se contraponen otros fieles defensores de las normas vigentes. El Servicio Catalán de Tráfico ya ha indicado que no tiene intención de modificar el límite de 80 km/h mientras que ‘los indicadores de contaminación no se sitúen en los márgenes establecidos por la Unión Europea’. En los mismos términos se ha manifestado el secretario general de ICV (Iniciativa por Cataluña Verdes), Joan Herrera. El líder ecologista ha indicado que ‘cuando mejores los índices de contaminación y de congestión del tráfico’ ya hablaremos de una posible modificación del límite de 80 km/h en la primera corona metropolitana.

Desde que se fijara el límite de 80 km/h en la primera corona metropolitana de Barcelona, la mortalidad en esta zona se ha reducido a la mitad, mientras que los niveles de contaminación han descendido entre un 4 y un 7 por ciento.