Audi pide ayuda para los concesionarios

El director general de Audi-España, Manuel Caballero, ha dicho que las marcas instaladas en el mercado español se tienen que implicar sin reservas en la viabilidad de las redes de distribución o concesionarios.

El Audi A1 1.4 TFSI 185 CV, desde 27.300 euros
El Audi A1 1.4 TFSI 185 CV, desde 27.300 euros

Caballero precisó que 'es un objetivo vital, pues tenemos que conseguir también que la red de concesionarios sea viable, no digo rentable'.

Sobre esta cuestión, el máximo responsable de Audi en España aseguró que 'debemos ser mucho más sensibles en el cuidado de nuestros concesionarios y proteger su viabilidad, porque, si al final son viables, cuando se inicie el proceso de recuperación, serán totalmente necesarias para asegurar el futuro'.

Las afirmaciones de Caballero se enmarcan en la necesidad de abrir un debate en el sector automovilístico español, porque entiende que 'estamos divididos y nos tenemos que mover con una sola voz'.

Reconoció que asociaciones de fabricantes, de importadores, de vendedores y de concesionarios trabajan bien en la defensa de los intereses del sector, pero abogó, ante la situación actual, por un comité u otro organismo que vertebre el sector.

Para Manuel Caballero el panorama del mercado automovilístico presenta su punto más débil en las incertidumbres que le rodean.

Según Caballero, 'hemos hecho unas previsiones de 850.000 turismos para este año, que es una caída interanual del 10 %, pero en el primer mes no se ha cumplido, con una bajada del mercado de un 23 % y la dificultad que tenemos es la casi imposibilidad de planificar ni siquiera a corto plazo'.

En relación con esa incertidumbre, aunque confesó que no es partidario de las ayudas administrativas para impulsar la venta de coches en mercados libres, sí admitió que la coyuntura por la que pasa el comercio automovilístico precisa de medidas de estímulo.

'El Gobierno español -prosiguió Caballero- podría haberlas prolongado un poco más argumentado la situación crítica de la macroeconomía del país; quizás seis meses más teniendo en cuenta que la Administración ingresa más con estas ayudas'.

Como representante de una marca de alta gama señaló que ellos no conceden prioridad a las ayudas, aunque también contrapuso que en el mercado el comportamiento de estas firmas automovilísticas no difiere mucho del de los generalistas.

En línea con las incertidumbres a las que aludió, el director general de Audi-España significó que los propósitos de su marca para este año en España se circunscriben a 'vender más que en 2010'.

Este lacónico optimismo se asienta sobre una oferta de producto en la que hay puestas esperanzas y que se concreta en modelos como el A1, la nueva generación del A6, el A7, la llegada de una gran berlina como el A8 de batalla larga y, sobre todo, el crossover compacto Q3, que se producirá en la planta de Seat en Martorell, y llegará a los mercados en verano.

Sobre este último modelo, Caballero adelantó que 'es el primer Audi fabricado en España y eso es muy bueno porque el cliente sabe que se va a salvaguardar los niveles de calidad; es un Audi cien por cien con todos sus marchamos de estilo'.

La política de comercialización del modelo será al más puro estilo de la marca de los cuatro aros, 'pero procurando no canibalizarlo con otros modelos de la gama'.

La ofensiva de las campañas de promoción y de descuentos puestas en marcha ha degenerado en una situación, según Caballero, 'en la que al cliente se le ha acostumbrado mal'. El problema, dijo Caballero, es que 'en España se invierte mucho en los clientes en el momento de la compra y no tanto en la tenencia del vehículo, que es un periodo más largo'. Es por ello que abogó por 'repartir ese esfuerzo y lo mejor que debemos hacer es rebajar el esfuerzo de la compra y ayudar más al cliente en la tenencia'.

Por lo que respecta a su marca reiteró que se va a mantener una estrategia 'de agresividad contenida y razonable, pues el mercado lo entiende y agradece una política de transparencia y una estabilidad en los mensajes'.