Los aranceles de Trump amenazan a la industria del automóvil

Si las compañías transfieren el 25% de los impuestos sobre los consumidores, podría repercutir en un descenso de las ventas hasta en dos millones de vehículos.

Marina Gª del Castillo. Twitter: @MarinaAutopista

Los aranceles de Trump amenazan a la industria del automóvil
Los aranceles de Trump amenazan a la industria del automóvil

Los aranceles del 25% que pretende imponer el presidente de EE.UU., Donald Trump, sobre los vehículos importados, podrían costarle a la industria automovilística norteamericana un millón de ventas al año como mínimo, según una investigación llevada a cabo por LMC Automotive.

En el mejor de los supuestos, los fabricantes asumirían la mitad del coste de los impuestos. Si las compañías transfirieran el 25% sobre los consumidores, la cifra de matriculaciones se podría reducir hasta en dos millones. Las matriculaciones en EEUU cayeron el año pasado un 1,8% con 17,2 millones de unidades.

Con esta amenaza encima, los fabricantes tendrán que hacer frente ya al impuesto del 25% sobre el acero importado y del 10% sobre el aluminio que entró en vigor el 1 de junio.

Además de la caída de las matriculaciones, los aranceles sobre vehículos podrían dejar sin trabajo a 195.000 estadounidenses en los próximos tres años. Además, si Canadá, México y otros socios comerciales cumplen con las tasas de represalia a estas medidas, el número de empleos perdidos podría ascender a 624.000, o lo que es lo mismo, el 5% de los empleados por los fabricantes de vehículos y componentes.

La patronal de los fabricantes europeos (ACEA) asegura que las tasas a la importación de automóviles de Donald Trump supondrían un “un grave impacto” para los sectores de automoción, no solo al otro lado del Atlántico, sino también en Europa, ya que las tasas afectarían a casi 130.000 trabajadores.

Según analistas del mercado estadounidense, los consumidores reaccionarían de tres modos si se impone el 25%: algunos se decantarían por el mercado del vehículo de ocasión, sobre todos los vehículos que vienen del renting; otros optarían por vehículos producidos en EEUU por ser más baratos y, finalmente, habría otro tercer grupo que pospondría la compra de un coche nuevo bajo la idea de que estas tarifas son fruto de una disputa política temporal.

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