Alfa Spider 2.4 JTDm

¿Quién hubiera dicho que el mítico Spider de Alfa Romeo pudiera ser Diesel? Este pequeño sacrílego de nada menos que 200 CV nace para adaptarse a las demandas del mercado, aunque su sonido no le permitirá entrar en el edén de los deportivos.

Alfa Spider 2.4 JTDm
Alfa Spider 2.4 JTDm

Si el bastidor es una delicia, la precisa y directa dirección se convierte en el aliado perfecto para disfrutar de la carretera. Sus 2,25 vueltas de volante entre topes requieren movimientos concisos. A alta velocidad en autopista se echa en falta algo más de sensibilidad, ya que la información llega al conductor demasiado filtrada, dado el carácter confortable del coche, en el que no se ha buscado una deportividad extrema. Los frenos, por su parte, con discos de las mismas medidas que los del Spider V6, son todo un ejemplo de eficacia. El último ingrediente para hacer de este precioso descapotable todo un objeto de deseo es el interior, que dispone de detalles como el climatizador con control de temperatura específico para cuando va descapotado. Está a la altura de lo que cabe esperar, tanto por diseño como por calidad, aunque la consola central apenas se diferencia de la que lleva el 159. Dentro no se forman turbulencias y además es bastante práctico para ser un cabrio, con una capota que no resta espacio al razonable maletero cuando se pliega y con unos prácticos cajones portaobjetos tras los asientos. El precio de partida de esta versión es de 39.400 euros, a los que hay que sumar 2.000 más en el acabado Selective, que incluye alarma, salpicadero de aluminio llantas de 17" en vez de 16", retrovisores abatibles eléctricamente, sensor de aparcamiento trasero, tejido específico para los asientos, control de crucero, sistema bluetooth Blue&me, así como faros y limpiaparabrisas de regulación automática. No es barato, pero a cambio obtendremos un casi seguro futuro clásico salido del lápiz de Pininfarina, que a su vez tomó como punto de partida el Brera diseñado por Giugiaro. ¿Acaso no es suficiente tentación?Si el bastidor es una delicia, la precisa y directa dirección se convierte en el aliado perfecto para disfrutar de la carretera. Sus 2,25 vueltas de volante entre topes requieren movimientos concisos. A alta velocidad en autopista se echa en falta algo más de sensibilidad, ya que la información llega al conductor demasiado filtrada, dado el carácter confortable del coche, en el que no se ha buscado una deportividad extrema. Los frenos, por su parte, con discos de las mismas medidas que los del Spider V6, son todo un ejemplo de eficacia. El último ingrediente para hacer de este precioso descapotable todo un objeto de deseo es el interior, que dispone de detalles como el climatizador con control de temperatura específico para cuando va descapotado. Está a la altura de lo que cabe esperar, tanto por diseño como por calidad, aunque la consola central apenas se diferencia de la que lleva el 159. Dentro no se forman turbulencias y además es bastante práctico para ser un cabrio, con una capota que no resta espacio al razonable maletero cuando se pliega y con unos prácticos cajones portaobjetos tras los asientos. El precio de partida de esta versión es de 39.400 euros, a los que hay que sumar 2.000 más en el acabado Selective, que incluye alarma, salpicadero de aluminio llantas de 17" en vez de 16", retrovisores abatibles eléctricamente, sensor de aparcamiento trasero, tejido específico para los asientos, control de crucero, sistema bluetooth Blue&me, así como faros y limpiaparabrisas de regulación automática. No es barato, pero a cambio obtendremos un casi seguro futuro clásico salido del lápiz de Pininfarina, que a su vez tomó como punto de partida el Brera diseñado por Giugiaro. ¿Acaso no es suficiente tentación?Si el bastidor es una delicia, la precisa y directa dirección se convierte en el aliado perfecto para disfrutar de la carretera. Sus 2,25 vueltas de volante entre topes requieren movimientos concisos. A alta velocidad en autopista se echa en falta algo más de sensibilidad, ya que la información llega al conductor demasiado filtrada, dado el carácter confortable del coche, en el que no se ha buscado una deportividad extrema. Los frenos, por su parte, con discos de las mismas medidas que los del Spider V6, son todo un ejemplo de eficacia. El último ingrediente para hacer de este precioso descapotable todo un objeto de deseo es el interior, que dispone de detalles como el climatizador con control de temperatura específico para cuando va descapotado. Está a la altura de lo que cabe esperar, tanto por diseño como por calidad, aunque la consola central apenas se diferencia de la que lleva el 159. Dentro no se forman turbulencias y además es bastante práctico para ser un cabrio, con una capota que no resta espacio al razonable maletero cuando se pliega y con unos prácticos cajones portaobjetos tras los asientos. El precio de partida de esta versión es de 39.400 euros, a los que hay que sumar 2.000 más en el acabado Selective, que incluye alarma, salpicadero de aluminio llantas de 17" en vez de 16", retrovisores abatibles eléctricamente, sensor de aparcamiento trasero, tejido específico para los asientos, control de crucero, sistema bluetooth Blue&me, así como faros y limpiaparabrisas de regulación automática. No es barato, pero a cambio obtendremos un casi seguro futuro clásico salido del lápiz de Pininfarina, que a su vez tomó como punto de partida el Brera diseñado por Giugiaro. ¿Acaso no es suficiente tentación?Si el bastidor es una delicia, la precisa y directa dirección se convierte en el aliado perfecto para disfrutar de la carretera. Sus 2,25 vueltas de volante entre topes requieren movimientos concisos. A alta velocidad en autopista se echa en falta algo más de sensibilidad, ya que la información llega al conductor demasiado filtrada, dado el carácter confortable del coche, en el que no se ha buscado una deportividad extrema. Los frenos, por su parte, con discos de las mismas medidas que los del Spider V6, son todo un ejemplo de eficacia. El último ingrediente para hacer de este precioso descapotable todo un objeto de deseo es el interior, que dispone de detalles como el climatizador con control de temperatura específico para cuando va descapotado. Está a la altura de lo que cabe esperar, tanto por diseño como por calidad, aunque la consola central apenas se diferencia de la que lleva el 159. Dentro no se forman turbulencias y además es bastante práctico para ser un cabrio, con una capota que no resta espacio al razonable maletero cuando se pliega y con unos prácticos cajones portaobjetos tras los asientos. El precio de partida de esta versión es de 39.400 euros, a los que hay que sumar 2.000 más en el acabado Selective, que incluye alarma, salpicadero de aluminio llantas de 17" en vez de 16", retrovisores abatibles eléctricamente, sensor de aparcamiento trasero, tejido específico para los asientos, control de crucero, sistema bluetooth Blue&me, así como faros y limpiaparabrisas de regulación automática. No es barato, pero a cambio obtendremos un casi seguro futuro clásico salido del lápiz de Pininfarina, que a su vez tomó como punto de partida el Brera diseñado por Giugiaro. ¿Acaso no es suficiente tentación?