En mayo de 1967 se lanzó al mercado el primer Mazda con motor rotativo, un automóvil de atractiva estética que supuso una revolución dentro de la propia marca, que hasta entonces había fabricado fundamentalmente pequeños coches de enfoque urbano y camiones. El Mazda Cosmo Sport, también conocido como Mazda 110S fuera de Japón, era un coupé biplaza con características deportivas, un diseño muy aerodinámico y un motor rotativo compuesto por dos rotores de 491 cm3, capaz de rendir 110 CV y alcanzar una velocidad máxima superior a 185 km/h. Mazda fue el primer fabricante en hacer viable este tipo de motor en un automóvil, un desarrollo sobre el trabajo que Felix Wankel había conseguido en cooperación con NSU.
Tras el Mazda Cosmo Sport llegaron otros muchos Mazda con motor rotativo, incluso una pick-up que únicamente se vendió en Estados Unidos (Mazda Rotary Pickup) y un autobús con capacidad para 26 pasajeros, el Mazda Parkway Rotary 26, que podía alcanzar 120 km/h.
Sin embargo, el coche que hizo famoso este tipo de motor fue el Mazda RX-7 (también conocido como Savanna RX-7 en en mercado nipón), cuya primera generación se puso a la venta en 1978 y se fabricó hasta 1985. Los faros escamoteables eran algo exótico en su época y su diseño llamaba mucho la atención, convirtiéndose en un coche deportivo muy popular en Japón y Norteamérica. Rendía 130 CV, aunque en 1983 llegó una versión turbo de 165 CV. La siguiente generación del Mazda RX-7 (1985-1992), ya con suspensión trasera multibrazo, llegó a contar con una variante descapotable y su potencia máxima se situaba en 205 CV. En 1991 se presentó la mítica tercera generación del Mazda RX-7, que incorporaba un sistema de sobrealimentación por doble turbo con funcionamiento secuencial, llegando hasta los 280 CV en sus versiones más evolucionadas. Ese mismo año Mazda fue la primera marca japonesa en ganar las 24 Horas de LeMans, con el legendario Mazda 787B impulsado por un motor rotativo de cuatro rotores. Después llegó el Mazda RX-8 (2003-2012), que puso fin a una saga de motores impulsada por las ganas de innovar y de ofrecer una tecnología diferente. Quizá en un futuro se pueda volver a aplicar este tipo de motor, ya sea como generador para vehículos eléctricos de autonomía extendida, como motor para un automóvil deportivo, o adaptado para funcionar con hidrógeno. El tiempo lo dirá.
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