50 años de Corvette

El Chevrolet Corvette, uno de los modelos más emblemáticos de la cultura norteamericana, acaba de cumplir años. Exactamente 50. Si quieres conocer cómo nació este mito y cómo ha llegado a nuestros días, no te puedes perder este reportaje.

50 años de Corvette
50 años de Corvette

El Corvette debutó en enero de 1953 en la feria Motorama de Nueva York, un salón dedicado en exclusiva a presentar los nuevos modelos o concept cars de General Motors. Fue un éxito. El “problema" ahora era saber qué división de GM debería hacerse cargo de su producción. Al final se decidió por Chevrolet, con la esperanza de que el Corvette animara las deprimidas ventas de la marca y la volviera a colocar donde los responsables de GM querían. Ed Cole, en ese momento ingeniero jefe de Chevrolet, declaraba años más tarde que la primera vez que contempló el prototipo del Corvette supo que era justo lo que Chevrolet necesitaba para mejorar su imagen. La gran acogida del público asistente provocó que los planes de producción de este modelo, previsto para 1954, se aceleraran. Seis meses después, a finales de junio de 1953, se iniciaba la fabricación de los primeros Corvette de serie.¿Y por qué el nombre de Corvette? En un primer momento, se conocía como “Proyecto Opel", aunque, finalmente, se optó por el nombre de Corvette (corbeta, en español), que deriva del de un ágil y pequeño barco de guerra del siglo XIX de menores dimensiones que una fragata.Durante el año 1953 se produjeron 300 unidades del Corvette en la planta de Flint, en el estado norteamericano de Michigan, que se vendieron a un precio base de 3.498 dólares. Todos ellos eran idénticos. El concepto estaba claro y se respetó durante años: biplaza con motor delantero y tracción trasera. La carrocería estaba realizada con fibra de vidrio (se prefirió este material al acero porque otorgaba más facilidades creativas a los diseñadores y su ensamblaje era menos complicado); el exterior era blanco y el interior, rojo. El propulsor que animaba a esta primitiva versión fue uno de los elementos más criticados y el causante de que el éxito del Corvette no fuera inmediato. A pesar de contar con 3.800 centímetros cúbicos, este motor de seis cilindros en línea, conocido como “Llama Azul", entregaba únicamente 150 CV, con lo que las dotes deportivas del Corvette quedaban en entredicho. Como curiosidad, hay que señalar que las dos únicas opciones que se le podían añadir eran una radio AM y un calefactor.En 1955, dos años más tarde, este problema quedaría solucionado con la incorporación de un propulsor V8, que se ofrecía como variante para los amantes de las emociones más fuertes: desplazaba 4,3 litros de combustible y era capaz de rendir hasta 195 CV. Pero el Corvette no se iba a parar ahí y uno de los grandes “culpables" tenía un nombre tan poco "norteamericano" como el de Zora Arkus-Duntov. Este ingeniero y piloto belga fue uno de los principales responsables de que el Corvette sea ahora una leyenda. Gracias a su trabajo durante los años finales de la década de los 50, el deportivo de Chevrolet cambió su estética, con una carrocería bitono renovada y atractiva, y su propulsor fue modificado hasta que logró, en un primer momento, los 240 CV y, posteriormente, los 283 CV. En la versión de 1962, el nuevo motor V8 incrementaba su cubicaje hasta los 5,3 litros y, al mismo tiempo, la potencia, que generaba la escalofriante cifra de 360 CV. Este modelo, que alcanzaba los 241 km/h de velocidad máxima y estrenó los cuatro faros traseros circulares, fue la última versión de la primera generación del Corvette.