Nani Roma sorprendió a todos hace poco al anunciar un nuevo cambio en su carrera en los raids. El próximo Dakar 2017 ya no lo correrá con un Mini All4 Racing de X-Raid. Ahora, Nani Roma es piloto de Overdrive Racing y correrá con un Hilux firmado por Toyota. Su primera toma de contacto con su nueva montura fue en la provincia de Teruel, donde disputó la Baja Aragón 2016, prueba en la que tuvo que abandonar.
Tras la cita aragonesa, y después de subirnos a su Toyota Hilux como copilotos, sacamos un rato para entrevistar al piloto bicampeón del Dakar (2004 en motos y 2014 en coches). Estas son algunas de las respuestas; el resto las tendréis muy pronto en la revista AUTOPISTA.
¿Cómo ha ido la primera toma de contacto con tu nuevo coche en la Baja Aragón?
El resultado no es lo que esperábamos. Queríamos al menos terminar y hacer kilómetros, hubiese sido lo mejor. Pero al final, cuando analizas toda la carrera, te das cuenta que ha sido positivo.
Al final la victoria en la Baja fue para tu compañero, Nasser Al Attiyah, rival directo en la lucha también para el próximo Dakar, que aunque no hayas ganado tú será algo positivo…
Es positivo que gane la marca. Si no puedo ganar yo, lo mejor es que gane el compañero. Ahora lo siguiente es, entre todos, trabajar para mejorar un coche que va muy bien y para alcanzar el objetivo del equipo, que es ganar el Dakar en 2017. Tenemos desde la Baja unos cinco-seis meses duros de trabajo e intentaremos progresar en este tiempo.
¿Por qué decidiste cambiar de equipo?
Es un cambio de concepto, de motivación, por diferentes cosas… por salir de la zona de confort que teníamos. Estando con el Mini tenía una. Fue un cambio de sensaciones, me propusieron esto, lo estudié y me di cuenta de que había posibilidades y que me apetecía hacerlo, ni peleas con el equipo Mini ni nada por el estilo.
Después de la Baja, ¿qué te espera de aquí al Dakar?
Tenemos varios tests de por medio, que habremos cumplido cuando lleguemos al Rallye de Marruecos. Después, el Rallye de Portalegre. Tenemos un buen “planning”, pienso, y luego ya a pensar cien por cien en el Dakar.
¿Qué cosas diferentes aporta al desarrollo del coche pruebas como la Baja Aragón, más de pistas, y el Rallye Marruecos, con dunas de por medio?
Son terrenos muy distintos. En el desarrollo de un coche tienes que aprender diferentes cosas, y esto hace que lo aprendas. Tras la Baja Aragón sacamos unas conclusiones, luego en Marruecos tendremos otras, y después tienes que mezclarlas, lo que es pista y lo que es desierto, y tener claras las opciones de cada cosa. Es importante adaptarte bien a todas las condiciones, el rally raid siempre es un compromiso.
¿Qué te parece el recorrido del Dakar 2017?
Según como pensamos que va a ser, no habrá tanto desierto abierto, como antes cuando íbamos por Copiapó o por Atacama. Menos desierto incluso que el año pasado, creo. Sabemos que habrá muchos días en altura, y ahí con nuestro motor atmosférico sufriremos un poco más, pero ya veremos cómo vamos.
¿Crees que se podría hacer algo más cercano a lo que era el Dakar por África?
Es distinto, claro. En África es donde yo descubrí realmente este mundo. Pero es verdad que los mundos cambian y sinceramente, por allí está complicado volver. En Sudamérica estamos muy bien bienvenidos, la carrera está genial y esperemos que vaya a más. Creo que tendríamos volver a Chile, para hacer un poco más de desierto… esperemos que el año que viene podamos volver allí.
¿Qué diferencias notas con el Mini? A nivel mecánico, el cambio es radical.
El Toyota es un coche que tiene más movimiento, tiene sensación de tener más movimiento, más suave. El Mini es más seco, duro, pero también se podría deber a la construcción del propio coche, quizás sea más rígido y el Toyota más blando. El apartado mecánico también se nota el cambio, es una conducción distinta. El Mini (motor turbodiésel) era de una conducción de entre 2.500 y 3.500 rpm, y el Toyota (motor atmosférico de gasolina) de entre 4.500 y 5.500 vueltas.
¿Hasta cuándo veremos a Nani Roma en el Dakar?
Hasta que me emocione lo que hago. En el momento que me deje de emocionar, de perder la pasión que uno tiene para la competición, pues seguro que lo dejaré. Por ahora, aún tengo esa emoción.
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