Grand Am

En USA hay un campeonato que causa furor, al margen de la Nascar pero por encima de la F1. Es la Grand Am, y también allí tenemos uno de los mejores pilotos de nuestro país luchando por el podio, Antonio García. Él mismo nos cuenta como es su coche.

Grand Am
Grand Am

El piloto controla desde el volante las cuatro posiciones de electrónica del motor. El primero es el "rich", el programa de carreras puramente dicho, en el que la electrónica lo supedita todo a sacar el máximo partido al motor. El segundo es "conservation", un programa que reduce el consumo y puede rebajar el régimen de giro. Y el tercero es "yellow map", que se aplica cuando hay "safety car" en pista. Hay una cuarta posición y es de alarma por consumo, que puede ser programada para completar la carrera, o una última vuelta para ir a boxes a respostar.
Más por la cantidad de elementos al alcance del piloto que por otra cosa. Todo está muy accesible y para todos los coches el habitáculo es semejante, tal y como marca el reglamento de las Grand Am Prototype. Lo más destacable es que el asiento no es de tipo bacquet, es de tipo F1, con una bañera hecha standard para acoger a los cuatro pilotos que pueden llegar a alternarse en una de las carreras largas. El acabado es perfecto, pero esconde mucho más. El botón azul (arriba la izquierda) es para dar ráfagas, y el mismo botón tiene su pareja por la parte de atrás, que es para dejar las largas puestas. El botón verde, justo por debajo, es para comunicarse por radio con los boxes, mientras que por la parte de atrás da de beber al piloto. El rotor rojo en posición central/izquierda permite cambiar el mapa electrónico del motor: hay tres diferentes, y el rotor gris que está a su derecha es para seleccionar la electrónica de consumo, un programa para llegar a boxes o a meta. El botón rojo de la derecha es el de "reset" para anular cualquier aviso de alarma, y por detrás sirve para poner a cero el ordenador que controla el nivel y gasto de combustible. Por último, el botón negro de abajo a la derecha es el de control electrónico de velocidad en pit line, y por detrás sirve para pasar las páginas de la pantalla digital y controlar diferentes informaciones.

En la parte izquierda del volante, junto a la radio, el Grand Am dispone de un sistema de climatización. No es tan completo y efectivo como el aire acondicionado de los coches, pero consigue rebajar varios grados la temperatura de un habitáculo, en el que se llegan a registrar más de sesenta grados. Los pilotos, incluso se conectan un tubo de salida de aire frío al casco, en la parte superior, y de esta forma reciben aire fresco en la cabeza. Lo justo y necesario. Los americanos son los reyes del espectáculo y aunque tengan más tecnología no la aplican para no encarecer el campeonato. Hay mucho que aprender de ellos en esto. Hay una limitada reglamentación que define como deben ser los coches y nadie puede salir de ahí. Los Comisarios Técnicos aceptan de buen grado cualquier evolución de fiabilidad o comodidad para pilotos y equipos, pero no pasan ni una si afecta al rendimiento. La parte más importante de la puesta a punto del Grand Am es la aerodinámica, y en particular la incidencia del alerón trasero y la altura de la carrocería. También juegan una baza importante el spliter delantero y las canalizaciones internas del prototipo que dirigen el aire al extractor posterior consiguiendo una importante efecto suelo. Sobre el pedalier se puede ver la barra de dirección, una curiosidad es que ofrece potencia variable en la asistencia. Las ruedas son de gran tamaño y en función del tiempo de uso y del desgaste resulta interesante contar con regulación. Nada de carbono y nadie los echa en falta. Los discos de acero, bien dimensionados y con ventilación forzada, paran sin problemas al potente prototipo.

Pontiac LS2
La Grand Am
Entrevista a Antonio García
Ficha técnica y palmarés