¿Qué tecnología emite más CO2 a lo largo de toda su vida? ¿y Nox? ¿Cómo se miden las emisiones actualmente con la WLTP? Arval ha lanzado una guía práctica sobre las emisiones de los automóviles y su normativa en la que pretende aclarar estos conceptos. Desde los que afectan al calentamiento global, provocando los gases de efecto invernadero como el CO2 hasta las que lo hacen a la salud de las personas como óxidos de nitrógeno NOx, monóxido de carbono CO, hidrocarburos sin quemar HC, compuestos de plomo, anhídrido sulfuroso y partículas sólidas a lo largo de toda la vida útil del vehículo.
Como no existe un cálculo estandarizado de las emisiones que genera un vehículo a lo largo de todo su ciclo de vida, de forma que varían mucho entre una fuente y otra, desde Arval han tomado como referencia los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Según estos, el 51 por ciento de las emisiones de CO2 de un eléctrico se generan en su producción debido, principalmente, a la fabricación de la batería, que supone alrededor del 40 por ciento del total de emisiones de producción.
Por ejemplo, en la producción de un Mercedes Benz EQC se generan 16,4 Tn de Co2. Si a lo largo de su vida (calcula 200.000 kilómetros) sus baterías se cargan según el mix de fuentes de energía de la UE, se añadirían otras 16 Tn. Eso sí, circulando no emitiría nada por su inexistente tubo de escape. Un coche de gasolina de tamaño mediano emite unos 143 gr de CO2 por km. **Un eléctrico de características similares emitiría para recargarse -con el mix de la UE actual- entre 60 y 70 gr de CO2, es decir entre un 47 y un 58 por ciento menos. En un **híbrido enchufable esta reducción es del 36. Ahora bien, si se recargara solo con fuentes de energía renovables las cifras del eléctrico caerían drásticamente.
Por otro lado, durante su fase de producción los coches con motor de combustión emiten entre 1,3 y 2 veces menos CO2 que los eléctricos, pero durante su utilización generan emisiones directas siendo el balance de los diésel mejor que el de gasolina por ser más eficientes, con un consumo de CO2 entre un 20 y un 25 por ciento menor.
Pero los vehículos de combustión tienen otras emisiones asociadas derivadas de la generación y el transporte de los carburantes que también han sido contempladas en el informe de Arval. Así, se calcula que un 12 por ciento de las emisiones de CO2 se producen durante la extracción y el transporte de crudo, el 7 por ciento durante el proceso de refinado y transporte hacia gasolineras, siendo el 80 por ciento restante en la combustión. Los híbridos por su parte emiten más CO2 que los de motor de combustión, si bien no llegan al de un eléctrico por ser sus baterías inferiores. Además durante su fase de utilización las emisiones se reducen un 34 por ciento.
El informe concluye que el coche eléctrico es el que menos CO2 emite en su ciclo de vida, seguido del diésel con entre el 17 y el 21 por ciento más, y de un gasolina, con unas emisiones totales de entre un 26 y un 30 por ciento más.
En cuanto a las emisiones que afectan a la salud, el informe afiram que un eléctrico genera localmente la mitad de partículas que uno de gasolina Euro 6 y una octava parte que uno diésel. los eléctricos generan partículas contaminantes y NOx en su fase de producción si bien estas se localizan fuera de los núcleos urbanos. Respecto al diésel el informe concluye que sus emisiones de Nox y partículas sólidas son similares o solo ligeramente superiores a las de un gasolina.