Por la mañana, durante la FP1, Sainz fue octavo al marcar un mejor tiempo de 1'35"616 con el compuesto blando de Pirelli, no llegó a montar el más blando que la marca italiana trajo hasta Shanghái, el ultrablando.
Por la tarde, en la FP2, Sainz bajó en 1,2 segundos el tiempo que marcó en la FP1: 1'34"472, después de calzar un juego nuevo de ultrablandos. Su compañero Nico Hulkenberg fue sexto, aunque la diferencia entre ambos fue de poco más de una décima.
"Ha ido bien el trabajo con el monoplaza", comenzó diciendo Sainz al bajarse de su Renault. "Soy un poco más positivo que en Baréin, el balance está mejor de lo que estaba allí, por lo tanto más confiado. Creo que hemos cubierto todo el viernes sin ningún tipo de problemas".
Sainz reconoce que no han cambiado mucho en el coche: "Sinceramente no hemos cambiado mucho el coche, es un circuito que se está adaptando un poco mejor a nosotros, y aparte de eso hemos vuelto atrás a unos setings más parecidos a los de Australia".
Difícil encontrar un buen balance entre los tres sectores que tiene el circuito de Shanghái: "Como habéis visto, gente que va rápido en el primero, no va rápido en el segundo... es difícil, una pista muy exigente con tipos de curva muy diferentes todo el rato, pero he ido más cómodo que en Baréin".
Sobre los neumáticos, esto comenta Sainz: "A mí en particular he degradado mucho la rueda delantera izquierda con el ultrablando, no sé muy bien por qué, pero es algo que tenemos que analizar de cara a mañana. Con el medio parece que haces más vueltas que con el ultrablando, por lo que aunque sea bastante lento, por lo menos no degrada".
Así ve ahora Sainz la parrilla: "Desde que vimos a Toro Rosso y a Sauber en Baréin puntuar, mientras que Williams es quizás la sorpresa, ya no hay mitad de parrilla, están los tres primeros y luego los demás".
El padre de Carlos Sainz está en Baréin, y ayer jueves cumplió 56 años. "Se pasó el cumpleaños viajando hasta aquí, tendremos que ir a comprarle algo algún día", comentó su hijo.