Lo mejor
- Los jóvenes. Dos de los debutantes en la categoría dejaron grandes sensaciones en Melbourne: Kevin Magnussen (McLaren) y Daniil Kvyat (Toro Rosso), segundo y noveno, respectivamente. Además, Daniel Ricciardo (debutante en Red Bull), a pesar de ser descalificado al poco de terminar la carrera, brilló delante de su público durante todo el fin de semana, siendo segundo en clasificación y carrera.
- Mercedes. El equipo alemán confirmó lo visto en pretemporada. El W05 se mostró como el monoplaza más veloz, propulsado por su propio motor que tan buen rendimiento está dejando en estos primeros envites del 2014. Rosberg ganó sin oposición y, aunque el Mercedes de Hamilton falló en el apartado de fiabilidad, logró llevarse la ‘pole’ el sábado.
- Williams y McLaren. Las míticas escuderías británicas están de regreso. La primera, con el gran quinto puesto de Valtteri Bottas, que podía haber sido mucho mejor (segundo con toda seguridad) de no haber chocado contra el muro en su intento de adelantamiento a Fernando Alonso. Y la de Woking, con un doblete en el podium (Magnussen y Button), enterrando así los problemas de 2013, donde no lograron subir al cajón en ninguna carrera del año. McLaren parece haber encontrado el camino con un monoplaza en el que la ya famosa suspensión trasera ‘de mariposa’ parece funcionar a la perfección.
Lo peor
- Ferrari. Los tests de pretemporada apuntaban a Ferrari como uno de los monoplazas más fiables, pero sin dejar detalles de brillantez. Y así se confirmó en Australia. El F14 T adolece del rendimiento mecánico del que, por ejemplo, presumen los propulsores Mercedes, y su ‘pack’ aerodinámico dista de ser el mejor. Muestra de ello es la incapacidad de Fernando Alonso de poder adelantar –ni de intentarlo– al Force India de Nico Hulkenberg.
- Ricciardo y su sanción. El piloto australiano fue descalificado al detectar los comisarios, una vez finalizado el GP, que había superado ‘de manera constante’ el flujo máximo de combustible en carrera impuesto por reglamento este año en 100 kg/h. Un mayor flujo se traduce en una mayor potencia en determinados picos de la carrera en que se supera este límite. Según Christian Horner, ‘team principal’ de Red Bull, los sensores que miden este flujo han sido ‘problemáticos’ y ‘poco fiables’.
- Espectáculo. La Fórmula 1 ha perdido mucho en este comienzo de 2014. Comenzando por el sonido de los nuevos V6 turbo, una gran decepción para gran parte de los espectadores, que veían en el ‘rugido’ de los F1 como un aliciente único para asistir a las carreras. En lo que la acción en pista se refiere, el hecho de que los pilotos tengan que gestionar la ‘potencia eléctrica’ durante cada vuelta (incluso casi cada curva) y el consumo de combustible, y el no disponer de todo el raudal de CV a lo largo de todas las vueltas, dejan muchas dudas acerca del rumbo que está tomando la Fórmula 1 con este profundo cambio de reglamento. Eso sin contar que los monoplazas son mucho más lentos que el año pasado: la vuelta rápida de carrera de 2014 en Australia (Rosberg), 1:32.478, dista mucho del 1:29.274 de Kimi Räikkönen el año pasado.
Fernando Alonso
De nuevo por encima de las posibilidades de su coche. De no haber abandonado Lewis Hamilton (Mercedes) y de no sufrir accidentes los pilotos de Williams, su posición hubiese sido mucho peor. En pista, el asturiano no pudo realizar ningún adelantamiento, y su cara al final de la carrera y la voz al atender a la prensa delataban la decepción de haber terminado a 35 segundos del líder, una distancia que hubiese sido mucho mayor de no haber salido el Safety Car a mitad de carrera.
Lo único que puede llevarse en limpio Alonso de Australia es de haber acabado la carrera sin problemas mecánicos y de contar con 12 puntos más que Hamilton y Vettel. Eso sí, en Red Bull parecen haber solucionado buena parte de los problemas que lastraron al equipo austriaco en pretemporada. Todos coinciden en su velocidad de paso por curva, gracias a un extraordinario –de nuevo– trabajo aerodinámico de Adrian Newey y sus chicos. Si dejan atrás los problemas de fiabilidad, no sería de extrañar que volviesen a ser el equipo a batir.
Próxima cita, en 15 días en Malasia, un circuito muchísimo más exigente para las mecánicas debido a las altas temperaturas y la humedad, y en el que coches como el Ferrari, con problemas de potencia de su mecánica, pueden sufrir en las largas rectas de Sepang.