Nuevo Museo BMW: el museo-bol

La arquitectura interior y la “puesta en escena" son elementos tan principales como los coches y motos expuestos.

Nuevo Museo BMW: el museo-bol
Nuevo Museo BMW: el museo-bol

Norbert Reithofer, presidente de la marca bávara, inauguró el nuevo museo haciendo referencia a la evolución histórica, a la fuerza innovadora y a los éxitos conseguidos en competición en estos 90 años, que ahora quedarán patentes y a la vista de todos en las modernas salas presididas por el majestuoso edificio con forma hemisférica. Porque la nueva construcción conserva el revolucionario diseño externo de 1973 del arquitecto vienés Karl Schwanzer, que ha sido bautizada como “museo-bol" por su característica forma de taza. Una taza que ha costado reconstruir dos años y medio y que ofrece ahora 5.000 m2 de exposición, cinco veces más que su predecesora, gracias a las nuevas extensiones obtenidas de la planta baja del edificio contiguo, el de los “cuatro cilindros". BMW continúa la moda de otras marcas alemanas, obsesionadas por la arquitectura. No está muy claro si lo que se muestra ahora son los coches y motos de la marca o el propio edificio, que tiene un interior extraordinario. Un sistema de rampas entrecruzadas en el espacio, salas de exposición abiertas y cerradas, perspectivas visuales, grandes fachadas... un espacio concebido como de “tráfico urbano" simulando las calles, plazas y construcciones de una gran ciudad ¡hasta el suelo es de asfalto pulido! La “taza" de Schwanzer sigue siendo uno de los símbolos de Munich, pero la nueva disposición interior es totalmente novedosa, con una sucesión de ambientes donde al visitante le va envolviendo la historia de BMW ilustrada por sus modelos más míticos. No se trata de un museo al uso, ni hay amontonamiento de vehículos: es otra dimensión, es “arquitectura mediática" como la han definido sus creadores. Las paredes principales están recubiertas de “leds" luminosos que permiten que las superficies cambien, se materialicen o desmaterialicen, mientras el “Acusmonio" aporta un espacio acústico homogéneo. Las siete áreas en que está dividido el museo están dedicadas a diseño, tecnología, series de modelos de coches, competición, historia empresarial, motos e historia de la marca. Cada una tiene su propia identidad y está dividida en otras salas. También tienen un hueco especial los iconos de la firma, como el 2002, el Isetta, los spyder 328 y 507, la motocicleta R32 o el cazarécords H2R... El visitante puede elegir su recorrido, volver atrás o cambiarlo cuando quiera, discurriendo por las calles y puentes que se tienden por el inmenso espacio. Puede elegir ver la evolución de los diseños en nueve décadas, o contemplar los orígenes aeronáuticos de la firma allá por 1917, la primera moto de 1923, o los primeros automóviles salidos de la fábrica de Eisenach en 1928... o deleitarse en el mundo de la motocicleta, que puso en el orbe a BMW con sus eficaces motores de cilindros opuestos y sus invenciones como la horquilla telescópica. Aunque atención especial merece el área tecnológica: el lema “menos es más" se refiere a la obsesión permanente por reducir el peso, creando aleaciones más ligeras, materiales especiales o avanzadas soluciones de ingeniería. También se incluyen los estudios aerodinámicos y –cómo no- los motorísticos, encabezados por el famoso propulsor “seis en línea", y también por el turbo campeón de Fórmula 1, por las culatas de 4 válvulas por cilindro, por la telemetría aplicada y por tantas y tantas preparaciones desarrolladas para ganar carreras de todo tipo.

Un recorrido por la historia