La colección de coches de Nick Mason, el batería de Pink Floyd

Nick Mason, el batería de Pink Floyd, soñó con correr en Le Mans. Años después, cumplió este sueño y hoy su colección de coches hace soñar a muchos otros fans del automóvil.

Texto: Félix Macías / Fotos: AMS

La colección de coches de Nick Mason, el batería de Pink Floyd
La colección de coches de Nick Mason, el batería de Pink Floyd

 

Pink Floyd es considerado a día de hoy uno de los mejores grupos británicos de rock and roll de la historia. Su batería, Nick Mason, tiene razones y motivos para sacar pecho por poseer uno de los garajes más codiciados del momento, un Olimpo plagado de auténticos dioses sobre ruedas

La colección de coches de Nick Mason esconde tesoros de todo tipo. Vamos a Inglaterra para conocer sus joyas. Nos da la bienvenida una puerta anodina y vemos una gran manga de viento flácida colgando, rodamos por una estrecha pasarela que nos lleva hacia una serie de hangares donde no nos sorprendería encontrar un par de aviones de combate Spitfire olvidados tras la batalla de Inglaterra de la II Guerra Mundial. Aquí unos caballeros británicos almacenan sus antiguos coches y aviones, en un lugar al sur de Inglaterra cuya ubicación exacta se nos ha indicado no especificar. 

En contrapunto podemos ver en el césped ante los hangares un helicóptero Aerospatiale AS 350 Ecureuil azul oscuro, que le hace decir a nuestro compañero señalándolo: “¡ha, ya ha llegado Nick

Un paseo por la historia, disfruta con los coches de Nick Mason, el batería de Pink Floyd (GALERÍA DE FOTOS) 

Algunas joyas de la colección de coches de Nick Mason

Garaje de coches de Nick Mason, el batería de Pink FloydLas amplias puertas están abiertas y dos "guardianes" con trajes descoloridos que parecen hechos con componentes de un biplano Boeing-Stearman vigilan el lugar. En una sala nos espera Charles Knill-Jones, el responsable de los vehículos de Mason y restaurador de Bugatti de carreras, o viceversa… Porque al lado están cinco Bugatti 35 en diversas fases de reparación y restauración. “pertenecen a los clientes, Nick está en la oficina” dice Charles. En ese momento Nick baja por las escaleras vestido con unos vaqueros sueltos y una camisa color púrpura, sin mirarnos, con auténtico estilo de estrella del rock, nos dice “hola soy Nick” e instantáneamente adopta la pose con paciencia para el fotógrafo. Vamos al aparcamiento del “hallmillions” y Charles ya ha abierto las puertas de la nave donde están los coches de Mason. O por lo menos algunos de ellos ya que los Ferrari 250 GTO y 512 BB LM están en camino hacia Goodwood, donde el hijo del rockero y el piloto Dario Francchiti los pilotarán en el Revival (este reportaje está realizado unos días antes del festival británico). 

No importa porque los coches que aún están en la nave bastan para que cualquier fan de automóviles enloquezca. Un potente Bentley 4 1/2 Litre negro al lado de un Ferrari 275 Daytona amarillo de carreras, un Aston Martin International, un Bugatti 35 y un Jaguar D-Type. Para ver la segunda fila hay que pasar entre ellos, cuidando de no rozarlos con la hebilla del cinturón. Ahí están los Ferrari 512 S y F50, Lola T297 y, como tímidamente escondido, un Ferrari LaFerrari azul oscuro. 

«¿Cuántos coches posees?». Es una pregunta a la que Nick no sabe contestar con exactitud. «Una buena estimación son unos 50», nos dice. «Y, ¿cuál elegirías si solo pudieses quedarte con uno?» «El Ferrari 250 GTO por supuesto —dice muy serio y convencido—, porque es con diferencia el más caro». Inmediatamente, sonríe y señala el Bentley negro: «Y probablemente tampoco me separaría de éste, que perteneció durante más de 35 años a mi padre”. Casi seguro que la pasión de Nick empezó con aquel Bentley, cuando solo era un niño nacido antes de la guerra, en la elegante Hampstead. Su padre, Bill, era director de documentales y rodaba películas de automovilismo para las que utilizaba el Bentley como coche-cámara. Tal es la historia del Bentley. 

En cuanto al Ferrari GTO, como el Jaguar D-Type o los dos Bugatti, son coches con los que Nick compitió en los años 70 y 80 en carreras de clásicos por todo el mundo. El Aston Martin rojo fue el primer coche que se compró con el dinero ganado como batería de la mítica banda Pink Floyd. Con el tiempo, el batería ha hecho las paces con sus colegas David Gilmour y Roger Waters, cuyo ego hizo fallar la reconciliación varias veces. Pero no le gusta hablar de aquello y se vuelve hacia su helicóptero. 

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