Andreas Mikkelsen, Mads Ostberg y Sébastien Ogier se han anotado las tres victorias parciales en juego en el arranque de la jornada del viernes en el Rallye de Polonia, pero es el francés quien sigue llevando la voz cantante en cabeza de la prueba. Eso sí, su ventaja no es, precisamente, como para relajarse, ya que Andreas Mikkelsen, que pilota un Volkswagen Polo WRC similar al suyo, está aguantando como un jabato el estirón que Ogier está dando por escaparse en cabeza.
La primera de las especiales de hoy, Wieliczki-1 (12.89 km) era la única de las tres del bucle disputada en territorio polaco. Tremendamente rápida (media del ganador de 133 km/h), perjudicaba a Ogier por el hecho de abrir carrera, pero no en exceso, ya que no era demasiado larga y las necesidades en materia de tracción no eran excesivamente relevantes. Es cierto que el terreno tenía más tierra suelta en superficie que los tramos del jueves, lo que hacía que Ogier se viera relegado al séptimo puesto, aunque solo se dejaba 3.2 con el scratch de su compañero Mikkelsen. Quien sacaba un partido especialmente bueno a su retrasada posición de salida era Hayden Paddon, que situaba su Hyundai segundo absoluto en esta ocasión, apenas 4 décimas por delante de un también brillante Robert Kubica y otro tanto por delante de Kris Meeke, muy a gusto con el equilibrio de su Citroën y con los tramos polacos. Hanninen (Hyundai) y Latvala (VW), se clasificaban a continuación, y justo delante de Ogier, con el finlandés ya dando muestras de que esta vez no iba a estar a la altura de rallyes anteriores a la hora de presionar a su compañero y restarle puntos en su particular pelea por el título.
Mads Ostberg respondía con un gran crono en el tramo siguiente (Kapciamiestis-Lithuania-1), primera especial disputada en territorio lituano. El tipo de terreno era muy diferente al polaco, blando y propicio a la creación de roderas con el paso de los coches, algo que aprovechaba Ostberg para firmar el mejor tiempo y Ogier para arañarle 3 décimas a Mikkelsen, lo que le situaba a una de alcanzarle en la cabeza del rallye. Latvala cedía ya 2.2 con Ostberg, quejándose los clasificados a continuación, Meeke, Neuville, Solberg, Evans, Hanninen, Hirvonen, Kubica y Paddon del exagerado deterioro del firme con el paso de los coches. Y eso que la organización había acortado la especial y dejaba sus 26.61 km en 13.69 km…
Pero si el deterioro del quinto tramo del rallye era alarmante, aún más lo era el del siguiente asalto (Margionys-Lithuania-1, 17,97 km), donde Ogier no solo no se veía perjudicado por abrir carrera, sino que ese aspecto le terminaba beneficiando. Mikkelsen aguantaba el tipo, aunque no podía evitar ceder 1.6 segundos a su compañero y, de paso, el mando de la carrera, que ahora ocupa Ogier por 1.5. Latvala, tercero, se dejaba 4.3 segundos con Ogier y empezaba ya a tirar la toalla para empresas mayores que la de pelear por alcanzar el podio, declarando en la meta del tramo rodar “sin el espíritu necesario para pelear por ganar”. El finlandés estaba a 14.2 segundos de Ostberg tras esta especial, tras ceder el noruego 2.3 segundos aquí, mientras que Kris Meeke caía al quinto puesto, con la preocupación añadida de que Juho Hanninen estaba a 2.4 detrás con el bucle matinal terminado.
Tras una asistencia “remota” en Druskininkai (Lituania), la acción se reemprende a las 14:40, hora española peninsular, con la segunda vuelta al bucle completo, esta vez con los tramos lituanos disputados en primer lugar.
Clasificación general, tras el TC6:
1º S. Ogier-J. Ingrassia (Volkswagen Polo WRC), 39:54.0
2º A. Mikkelsen-O. Floene (VW Polo WRC), 1.5
3º M. Ostberg-J. Andersson (Citroën DS3 WRC), 15.2
4º J.M. Latvala-M. Anttila (Volkswagen Polo WRC), 29.4
5º K. Meeke-P. Nagle (Citroën DS3 WRC), 36.0